La segunda oveja
Complacido y agradecido tras la lectura de la segunda entrega de la revista cultural independiente Oveja negra, me veo obligado a cumplir con mi palabra. Comprometida con el equipo editorial y ante todo con José Miguel PS. Y así escribo satisfecho estas líneas con la conciencia de que no todo el monte es orégano y de que la exaltación de las bondades no es tan beneficiosa como una buena crítica: que todo sea bueno es síntoma de indiferencia, de falta de criterio o de hipocresía. Diré no obstante que esta segunda Oveja negra, dedicada a utopías, ucronías y distopías, es sin duda mucho mejor que la anterior.
Con una perspectiva clara y sin ajustarse a límites locales, a sabiendas de lo que se escribe por ahí, allende los mares, sin pretensiones de ser más de lo que son (que no es poco), esta segunda oveja refleja un equipo creativo con grandes conocimientos y sobradamente contemporáneo. Y no me digan que esto último es una perogrullada, porque si ustedes, queridas personas, se han tomado la molestia de hojear lo que se mueve por ahí en materia de revistas culturales (independientes), sin duda habrán sufrido como yo tanto la rebuscada retórica como el afán de modernidad. Cosa que afortunadamente no ocurre en esta propuesta villenera.
Que al mecanismo todavía le falta engrase es algo que no podemos echar en cara. Y como esta es una frase que a mí sí me van a echar en cara lo explicaré. Diré que en materia artística, cultural y comunicativa, el producto siempre resulta definitivo. No se trata de un número dos, ni de un número cien, se trata de un producto al que la avezada lectora reserva una porción de su tiempo y punto. La insistencia en presentaciones, explicaciones sobre cada sección y compadreo entre los diferentes apartados o con el inquieto y prolífico editor, dan muestras de un trabajo en proceso y de búsqueda de apoyo, o de justificación respecto a temas reiterativos. Una nimiedad en cualquier caso, que no puedo eludir citar para evitar que este grupo de jóvenes me llame blando y falto de compromiso. Por lo demás tengo que reconocer que la lectura resulta amena e interesante y aporta conocimientos (que en alguna ocasión escapan del universo comúnmente conocido). Decir esto no es decir poco. Habría que destacar igualmente los concursos de ilustración y de relato breve impulsados desde esta revista, ya que dan espacio para participar y para reclutar nuevos valores.
Estoy contento digo, con una envidia sana, de que nuestro Espacio Joven, nuestra concejalía de Juventud, haya apostado por esta juventud villenera que resulta además esa primera generación ya a punto de licenciarse de nuestro proyecto juvenil municipal. ¿Tendríamos entonces en el futuro que preocuparnos por dar cobertura a esta generación? ¿Tendríamos entonces que preocuparnos, o conocer al menos, si las generaciones que les siguen son tan capaces y creativas, si se les están facilitando las
opciones para que lo sean?
Preguntas a contestar, aunque por el momento toca relajarnos y disfrutar. Eso sí, les pido: acérquense al Espacio Joven y háganse con uno de los ejemplares de esta segunda oveja, prueben a conseguir la primera, y estén atentos y atentas a esa tercera oveja. Y, por supuesto, ¡enhorabuena!