Opinión

La sequía y Molina pueden con los agricultores de Villena

Los distintos medios de comunicación se han encargado estas últimas semanas de ponernos al corriente de que estamos pasando la peor sequía del último siglo y medio. Los agricultores poco pueden hacer mientras miran al cielo esperando la lluvia o suspiran por el tan deseado trasvase (sea ya de donde sea, pero que llegue), para poder salvar sus cosechas, que poco a poco van desapareciendo de la Huerta de Villena.
No obstante estos problemas, de más difícil solución, en los últimos tres años otro depredador de la agricultura ha entrado en acción en Villena. Desde que Los Verdes de Europa volvieron a tomar las directrices de las concejalías de Agricultura y Medio Ambiente, los agricultores han tenido que volver a luchar con otra de las plagas que vienen azotándoles, como si la climatología no fuese suficiente. José Tomás Molina, sucesor y alumno aventajado de Antonio Pastor, ha entrado en acción.

Cuando ya todos estábamos convencidos de que se había superado la herencia de Pastor, contemplamos atónitos cómo su acólito Molina viene dando fuerte a los agricultores de Villena, y buena prueba de ello la tenemos en las últimas reuniones que estos han tenido con Molina con motivo de la elaboración del Plan Especial de la Huerta, en la que los agricultores no se levantaron de la mesa, literalmente, porque ellos son los más interesados en la realización del Plan, ya que lo están esperando “como agua de mayo” desde hace 22 años.

Este malestar de los agricultores locales viene acompañado de una dejadez total, por parte de Molina, para solucionar problemas más pequeños que tienen que afrontar a diario los empresarios y trabajadores del sector, que, según nos cuentan, han visto florecer unos huertos urbanos que, al parecer, no mantienen las distancias que a ellos se les exigen con los caminos colindantes, además de haber construido casetas y disponer de puntos de agua en un tiempo record, cosa que a los agricultores les cuesta años conseguir.

El Camino de San Juan, totalmente abandonado
Asimismo, y a petición  de las personas que tienen viviendas o parcelas en aquella zona, hemos visitado el Camino de San Juan, comprobando el estado de total abandono en que ha quedado sumido el paraje en los últimos años. Según los vecinos, desde que Molina asumió el mando de la concejalía de Medio Ambiente, las acequias están llenas de porquería, así como cañas y maleza, con lo que no hace falta ser un visionario para predecir inundaciones de los campos y parcelas colindantes en caso de lluvia.

Más adelante, en la Casa San Juan, los olmos se han secado poco a poco agonizando bajo la atenta mirado del regidor Verde. Y al final del camino, poco antes de llegar a La Atalaya, en la acequia del Rey, volvemos a observar el pésimo estado de conservación y limpieza de ésta. Veremos lo que pasa el día que caiga la próxima tromba de agua… 

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