La subdirectora territorial de Patrimonio visita la Ermita de Sta. Lucía

Esta mañana la subdirectora territorial de Patrimonio, Concha Sirvent, y el arquitecto José Francés, técnico de la Conselleria de Cultura, en compañía de Laura Hernández –directora del Museo Arqueológico Municipal–, los ediles Jesús Santamaría y Francisco Montilla y la directora de la Escuela Taller –Ana Berenguer–, han visitado la Ermita de Santa Lucía, para observar las pinturas murales que han sido restauradas por Mª José Espinosa y Virtu Rosillo, responsables de la empresa Tratteggio.
En esta visita técnica, Concha Sirvent ha hecho referencia a la importancia que tiene Villena dentro del patrimonio histórico de la Comunidad Valenciana y ha asegurado que por este motivo la Consellería de Educación, Cultura y Deporte ha apoyado desde el principio la restauración de la Ermita de Santa Lucía, con una primera subvención de 8.300 euros. Según la subdirectora territorial de Patrimonio, “la Ermita de Sta. Lucía, es un bien de relevancia local, legalmente, ya que todos los edificios de culto construidos con anterioridad a 1940, tienen la catalogación directa de bien de relevancia local”. El retablo barroco situado en el altar, según ha comentado, será la próxima intervención que se hará en esta ermita, en una segunda fase.

Por su parte Laura Hernández ha destacado el interés mostrado, desde el principio, por la Conselleria de Cultura en esta restauración. Asimismo, ha comentado que en las excavaciones arqueológicas realizadas en la Ermita durante 2004 (antes del inicio de la Escuela Taller), solamente se encontró bajo uno de los muros un pozo, que tendría relación con la importancia de La Losilla, en la que hasta hace varias décadas el agua manaba caballera en la fuente del Bordoño y en las zonas cercanas a “El Caracol” –actual “Troya” de la comparsa de Estudiantes–. La directora del Museo Arqueológico y la subdirectora territorial de Patrimonio, han hablado también sobre la construcción de esta ermita –en el siglo XVIII– y han asegurado que las pinturas murales son posteriores a esa época, no teniendo nada que ver con las del retablo del altar, que son netamente barrocas, y serán restauradas próximamente.