Abandonad toda esperanza, salmo 54º
Ya lo dijo Paul Éluard en un momento afortunado: existen otros mundos, pero están en este. Así lo ha demostrado, una vez más, el Festival de Cine de Sitges, especializado en el género fantástico y de terror.
Su director, Ángel Sala, lo subrayó en la rueda de prensa donde se dio lectura del palmarés, que dio como ganadoras a dos películas alemanas: Requiem (mejor película y actriz) y Grimm Love Story (mejor director, actor y fotografía). Sala destacó que ambas cintas estaban basadas en atroces hechos reales, que en un principio parecerían más propios de los delirios de un artista en busca de morbo que del entorno histórico donde acontecieron realmente.
Requiem está basada en los hechos que también inspiraron El exorcismo de Emily Rose: una joven epiléptica sometida a un brutal proceso de exorcismo. Por su parte, Grimm Love Story cuenta el caso real de Armin Meiwes, que mató a un individuo al que conoció a través de una página de Internet y se comió su miembro viril.
Pero no creo que las premiadas estuviesen necesariamente entre lo mejor visto en Sitges: a nadie deberían escapársele los méritos de Princess, atrevidísima cinta donde Anders Morgenthaler fusiona el cine de animación con insertos de películas caseras de imagen real, para contar una historia de venganza que aúna religión, violencia explícita y cine (pornográfico) dentro del cine. También resulta inolvidable The Host, nuevo trabajo del director de Memories of murder, donde una familia disfuncional debe enfrentarse a un monstruo acuático para recuperar a la pequeña del grupo. Y el estreno de la controvertida The Fountain, con la presencia de su autor Darren Aronofsky, vino a demostrar que los ataques virulentos que recibió en Venecia estaban poco justificados.
También hubo hueco para películas no fantásticas, entre las que destacó Zwartboek, el regreso de Paul Verhoeven a su Holanda natal, tras un periplo hollywoodiense donde ha probado tanto las mieles del éxito (Instinto básico) como los varapalos de crítica y público (Showgirls). En esta ocasión el director centra su atención en una joven holandesa que entrará a formar parte de la resistencia antinazi, para después trabajar como espía dentro del régimen fascista de Hitler.
Pero un buen ejemplo de lo que afirmaba el director del certamen acerca de cómo el (buen) cine fantástico debe hablar del mundo en que nos ha tocado vivir, más allá de los estilemas que lo definen, lo encontramos en Homecoming, último trabajo de Joe Dante, una historia de zombis al servicio de uno de los ataques más brutales jamás vistos contra la administración de George Bush: los soldados muertos en Irak vuelven a la vida para votar en contra del presidente que los mandó al frente. Un gran trabajo, merecidísimo premio al mejor guión, que riéte tú de Michael Moore.
El Festival Internacional de Cinema de Catalunya Sitges 2006 se celebró entre el 6 y el 15 de octubre de este año.
