La vida sigue igual…
Así no hay forma, señora. Lo normal es que yo, recién llegadito de un viaje, aprovechara la ocasión y la falta de contacto reciente con la realidad local para plasmar mis reflexiones sobre los países visitados, cosa que suelo hacer año tras año en estas fechas, pero es comprobar que Villena sigue igual de miserable que hace 15 días, cuando hablábamos de vírgenes bocabajo, y hervirme la sangre. Dejaremos pues el viaje para la semana que viene.
Tras un cortísimo periodo de descompresión, uno se sienta ante internet a ver cómo está el pueblo, y lo primero que me encuentro es que se ha liado un estropicio a cuenta de la romería de vuelta de la Virgen al Santuario. Leo las cartas enviadas a los medios por particulares ofendidos, repaso el comunicado publicado por la Junta de la Virgen y compruebo que todo está OK. Pudo haber descoordinación, hay gente molesta porque preparó con mucho cariño el recibimiento en San Bartolomé, hay quien pensó que era un riesgo pasar por allí al estar en marcha las obras del AVE, etc. Hay explicaciones, hay disculpas, hay buena voluntad para hacerlo mejor el año que viene. Y hasta ahí, perfecto. Hablando se entiende la gente y todo en esta vida tiene arreglo, menos la muerte, que dijo no sé quién.
Pero basta seguir leyendo, cuando se llega a los foros, para descubrir a la tristemente tradicional retahíla de valientes, profesionales del insulto y la descalificación, que amparados en el anonimato de la red se dedican a arremeter contra todo lo que se mueve en lugar de, qué sé yo, dar la cara, presentarse a una asamblea, proponer una candidatura alternativa y enseñarnos a todos lo bien que lo saben hacer. La Villena miserable de la que les hablaba el otro día en su máxima expresión.
Ahora que, para miserables, los que la han emprendido con las nuevas regidoras, o con sus familias, o con los responsables de elegirlas, que los trolls de los foros encima de cobardes son más bien garrulos y no hay quien entienda al 100% lo que escriben.
Se podrá estar de acuerdo o no con el nombramiento de las regidoras, pues para gustos los colores, y se podrá manifestar libremente esa opinión, faltaría más. Mucha gente lo hace con total corrección y aquí paz y después gloria. Pero resulta que existe otra gente, mucha por lo visto, que corrección tiene la justa, y se puede llegar a leer una sarta de insensateces enorme, entre las que no faltan estupideces como asegurar que un nombramiento responde a un pago por no sé qué regalo o tildar de forastera a una niña cuyos padres, villeneros, trabajan fuera de Villena. Que ya me dirá usted, señora, qué necesidad tienen esas personas, y sobre todo esa inocente niña, de escuchar semejantes barbaridades, más propias de otros tiempos y lugares, aunque aquí parecen haberse asentado de mano de los golpeadores de pechos, tan patriotas ellos, tan patéticos ellos.
En fin
bienvenido a Villena, Aure. Y ánimo, que con suerte el puente de octubre vuelves a largarte.