Fiestas

Las fiestas como “trampolín” político

Cada vez que las elecciones locales se acercan y se dan a conocer los integrantes de cada lista política, siempre nos encontramos con la sorpresa de que algún miembro de estas listas ha sido o es, como en las últimas elecciones, presidente de alguna de las comparsas de nuestra ciudad.
Está muy claro que 12.000 festeros son un bocado exquisito, en forma de votos, para cualquier aspirante a la alcaldía de Villena, y este artículo no va por el último que ha engrosado la lista para dar el salto de presidente a político, Francisco Abellán, sino una reflexión general, ya que muchos han sido y serán los que utilicen el trampolín de su comparsa o de la Junta Central para aspirar a un puesto político, en unos casos para alcalde y en otros para concejal de Fiestas, potenciando, de esta manera, las listas de la formación política a la que represente con la intención de captar los votos festeros.

Qué partido político, con las elecciones cerca, no ha valorado el trabajo de los presidentes en cada una de las comparsas, o incluso cuántos presidentes no han valorado su figura festera y han pensado ofrecerse al partido que más coincida con sus ideas aprovechando su imagen al frente de su comparsa. Son muchas las situaciones que se pueden dar para utilizar el tirón festero para, incluso, llegar a la alcaldía, como fue el caso de Vicente Rodes, que con el gran trabajo realizado en la comparsa de Moros Nuevos y, tras la “Operación Luna de Plata”, arrasó en las elecciones locales en su momento, llevando en su equipo a Pablo Castelo, que anteriormente había sido también presidente de la comparsa de Moros Nuevos.

Pero ellos no fueron los primeros –ni serán los últimos–. Uno de los primeros presidentes de la Junta Central de Fiestas que posteriormente encabezó las listas del PSOE fue Miguel Ortuño, con el éxito o desacierto político –eso lo dejamos a la opinión de cada cual– durante los años que estuvo en esta formación política. Posteriormente otro de los presidentes de la Junta Central, Primitivo Gil, probó fortuna en el campo político formando un partido político independiente que se presentó a las elecciones municipales bajo las siglas de L.I.D., Línea Independiente Democrática, pasando a formar parte de la Corporación en esa legislatura, y desapareciendo posteriormente de la vida política, pero manteniendo los lazos festeros en organizaciones como la UNDEF.

Si la Junta Central, como hemos visto, se ha utilizado para dar el paso político, las comparsas no han sido menos, pues además del caso mencionado de Vicente Rodes, otros presidentes han pasado a formar parte de los partidos políticos con diferente suerte, bien siendo en primer lugar presidente y posteriormente político o bien pasando a la vida asociativa después de la política. Pablo Castelo, ya mencionado, en la comparsa de Moros Nuevos, o Manuel Estevan, perteneciente a la comparsa de Moros Viejos y que después de participar en política con el CDS, en las últimas elecciones municipales encabezó la lista de Gente de Villena, joven partido independiente que sufrió la arrolladora victoria del Partido Popular con la primera mayoría absoluta en Villena. Perteneciente a la misma comparsa, Moros Viejos, el actual concejal del PSOE, Pedro Miguel Ágredas, también ha ocupado el cargo de presidente, siendo actualmente el representante en la Junta de Gobierno de la Junta Central de Fiestas de esta comparsa.

El último en utilizar el trampolín festero para dar el salto a la política, ha sido el actual concejal de Fiestas, Francisco Abellán, que, incluso, solapó los dos cargos, concejal y presidente, en los primeros meses de legislatura, hasta que se eligió nuevo presidente de la Comparsa de Moros Nuevos una vez terminado el ejercicio festero.

No es difícil predecir que en próximos años tanto nuevos presidentes de la Junta Central de Fiestas como de comparsas, pasarán a ejercer como cargos políticos o incluso un político sea utilizado por su partido para presidir una comparsa, como se suele hacer en otras asociaciones. Los votos son golosos para los partidos políticos, pues el carisma de las personas dentro de asociaciones con tan alto número de socios, se hace notar rápidamente dentro del tejido asociativo local, y son estas personas las que pueden, en un momento dado, ser utilizadas para llevarse una parte de esos votos, que suelen ser de todo color político, y esos votos se pueden decantar hacia la persona antes que hacia las ideas políticas o las siglas, como suele suceder en los municipios con un número no muy elevado de habitantes.

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