Las Fiestas del Medievo se imponen a los elementos
Ni la lluvia ni el frío logran frenar las ganas de diversión de los asistentes ni el encanto de un evento cada vez más especial
En una edición marcada por la meteorología, especialmente por la lluvia, que afectó a las jornadas del sábado y domingo por la mañana, las Fiestas del Medievo han demostrado que están en muy buenas manos, con una organización ágil, capaz de reaccionar y buscar alternativas, y un público comprensivo e implicado que sigue llevando a la celebración en volandas.
Esos detalles que pasan desapercibidos para el gran público –como la gente volcada para encontrar alojamiento (e incluso tarta nupcial) a los invitados de la boda, traslada a la ermita de San Antón, que ha sido un comodín estupendo para acoger eventos a cubierto– no hacen sino mejorar algo que ya es de por sí muy grande, y que además se ve potenciado por esos destellos que van más allá de la propia festividad, como las continuas apelaciones a la historia y la tradición de un barrio origen de nuestra ciudad y cuna de muchos de nuestros vecinos, y que sin olvidar sus raíces sigue apostando por su renovación, modernizando sus infraestructuras y atrayendo a un número cada vez mayor de nuevos residentes, ganando para el disfrute de toda la ciudad un espacio que hasta no hace tanto era un gran olvidado.
Algo que se encargó muy bien de recordar el pregonero, Ángel Luis Prieto de Paula, que dio el mejor pistoletazo de salida posible a la celebración con una intervención que tardará tiempo en ser olvidada.
Más actividades, más calles, más grupos, más gente…
Desde la Plaza de Santiago hasta la Plaza de Biar, recorriendo la Iglesia de Santa María, la Plaza de la Tercia, la Ermita de San José, el Castillo, Santa Bárbara o la calle la Rambla, hemos encontrado a lo largo del fin de semana un gran número de actividades, como cuentacuentos, representaciones medievales, espectáculos de magia, juegos, torneos de lucha, conciertos, representaciones teatrales, talleres, así como numerosos stands de comercio, artesanía, tascas y alimentación, entre otros, que han ofrecido a los asistentes la posibilidad de sumergirse durante dos días y medio en el privilegiado entorno medieval que solo las calles del casco histórico de Villena y sus hospitalarios e implicados vecinos ofrecen.
Además, las Fiestas del Medievo han seguido consolidando espacios y actividades, con dos llenazos para los conciertos de la explanada del Castillo y una espectacular y cada vez más grande batalla de las lechugas, un acto que con apenas unos años de vida (y tras la inclusión de la nueva fórmula con dos bandos hace un año) se ha convertido por derecho propio en una de las estrellas (así lo reconocen medios nacionales como La Sexta) de un evento que sigue acumulando actividades, servicios y visitantes en la zona otrora más degradada del barrio, espacio que muestra un increíble potencial por el que definitivamente vale la pena apostar, como también vale la pena apostar por las propuestas de Los Juglares del Lute, divertidas, diferentes, rompedoras y, este año, además, inclusiva.
Visitantes por doquier
Mención especial merece el cada vez mayor número de visitantes que ha recibido nuestra ciudad, españoles y extranjeros, que han podido disfrutar de visitas guiadas en inglés; el elenco de fotógrafos, blogueros y participantes en el concurso de vídeo que ha tomado nuestra ciudad –y las redes sociales– este fin de semana, así como que la participación de grupos es cada vez mayor (y mejor, puesto que año tras año se superan en la ambientación de sus respectivos espacios y en su integración en el evento mediante la normativa sugerida por la organización) y era una gozada ir de local en local disfrutando de unas Fiestas del Medievo que son, ante todo, unas auténticas fiestas populares que cualquiera puede disfrutar, si es desde dentro, mejor, porque la camaradería y convivencia que se vive entre locales, vecinos, artistas y mercaderes es excelente, sin duda alguna lo que marca la diferencia entre estas Fiestas y los mercados organizados por empresas (cobrando en muchos casos cientos de miles de euros) o ayuntamientos.
Eventos sin alma o una fiesta hecha con el corazón, esa es la diferencia, y ese es el motivo, entre otros, por el que el Medievo sigue atrayendo cada vez a más participantes y visitantes y gozando de una presencia mediática al mayor nivel, apariciones que quedan registradas y que certificarán dentro de unos años, si finalmente se opta por sacar adelante este objetivo, que realmente estamos hablando de unas fiestas de Interés Turístico Nacional.
Pepe Cabanes, presidente de la Asociación del Vecinos del Rabal, agradecía una vez más el esfuerzo altruista de las asociaciones y entidades presentes en el evento, especialmente en un año complicado y marcado por el mal tiempo, que sin embargo ha servido para demostrar la capacidad de reacción de la organización y el potencial de un barrio que, aún en las circunstancias más complicadas, es capaz de encontrar soluciones para sacar adelante lo que se proponga.
En definitiva, y a falta de valoraciones oficiales, que llegarán en unos días, solo queda dar las gracias a todas las personas implicadas, año a año, esta auténtica y maravillosa locura medieval, que pueden disfrutar en la galería fotográfica más completa, gentileza de Villena Cuéntame. Enhorabuena a quienes lo hacen posible.
Fotos: Villena Cuéntame