Apaga y vámonos

LasVirtudes.com

Corría el mes de julio del año de Nuestro Señor 2009 cuando la buena nueva llegó a la abandonada pedanía de Las Virtudes: por fin, tras años de inexplicable espera, los laguneros, como cualquier hijo de vecino de un país europeo mínimamente serio y civilizado, iban a tener conexión a internet de banda ancha sin depender de satélites ni tener que preocuparse por las cafeteras que hacían la veces de ordenadores en su “telecentro”, que válgame los huevos el eufemismo.
La verdad es que el coste del alta en el servicio ofrecido –entre 250 y 300 euros– sonaba a estafa, pero como en principio el ayuntamiento les iba a ofrecer a los laguneros la conexión gratuitamente, en unos meses la cosa quedaba amortizada y aquí paz y después gloria. Todo era jauja y alegrías: cuatro o seis megas reales por unos 20 euros al mes son un auténtico chollo cuando Timofónica o Vodafón te soplan casi 40 pavos por la mitad de velocidad de descarga, y encima –modernos que somos, señora– todo con conexiones Wifi, que lo mismo te llevas el portátil sin cable alguno al “trono” que a la explanada, la pinada o el Nido, para chatear con los amigos o “bajarte” unas pelis mientras te tomas unos caracoles y unos vinos.

Todo era jauja y alegrías, decía, en el mes de julio del año de Nuestro Señor 2009. Porque en finalizando diciembre me dio por preguntar –borde que es uno– a un lugareño qué tal les iba con su nuevo servicio –125.000 euros hemos invertido los villeneros en la cosa, casi 21 millones de pesetas, aunque sean pagados con los fondos del Plan E–, y la respuesta poco menos que me dejó patidifuso, confirmando por enésima vez que una cosa es lo que anuncian los políticos a bombo y platillo en ruedas de prensa y presentaciones y otra bien distinta la cruda realidad una vez se marchan las cámaras y los micrófonos del lugar de los hechos.

El caso, me cuentan, es que de los 250 ó 300 euros que decían que costaba el alta hemos pasado a una cosa que ronda los 500 por no sé qué problemas que ha habido con la empresa. Con todo, 500 euros, a pesar de ser un robo a mano armada, se amortizan pronto si estás 12 meses sin pagar por internet, así que no es todo lo malo. Lo malo es que como el proveedor de acceso es el ayuntamiento (el que ofrece la señal, para entendernos), los vecinos deben sufrir las mismas restricciones que los funcionarios municipales, es decir, que después de pagar un alta de 500 euros no puedes “bajarte” pelis o ver cuatro tetas porque el ayuntamiento te tiene censurado internet. Y así andamos en pleno 2010, señora. Censurando internet a los vecinos de La Virgen. Y cobrándoles un huevo. Y despilfarrando 125.000 euros de todos los villeneros en una chapuza absoluta. ¡Viva y bravo!

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba