
Durante dos semanas seguidas he faltado a mi cita semanal con ustedes, porque un virus de esos que se contagian con la mirada me ha dejado para el arrastre. Tanto que ni siquiera he podido cumplir mi deseo de volver a subir vídeos a mi canal de YouTube de forma regular porque empiezo a toser sin parar en cuanto encadeno dos frases seguidas. Por si esto fuera poco, el período de convalecencia ha coincidido con la noticia del deceso de David Lynch, que como a otros tantos admiradores del cineasta me dejó descolocado y sin capacidad de concentrarme en película o lectura alguna. Por ello, y a modo de homenaje, se me pasó por la cabeza (borradora) recomendarles varios libros sobre el que sin duda es mi director de cine favorito... Porque aunque yo no esté ahora mismo por la labor de revisar nada suyo, igual ustedes sí quieren rendirle tributo viendo algunas de sus películas y leyendo a algunos de los críticos que se han aproximado a su trabajo a lo largo de los años.
Son ya muchos los libros sobre David Lynch que se han publicado en nuestro país, y lamentablemente varios de ellos ya quedan como análisis de su obra fílmica al completo tras el deceso del realizador el pasado 15 de enero, apenas unos días antes de cumplir los setenta y nueve años de edad. Para empezar, le tengo un especial cariño al David Lynch de Miguel Juan Payán (JC) porque aunque es de extensión breve y solo alcanza hasta Corazón salvaje y el episodio piloto de Twin Peaks (se publicó a comienzos de los noventa), fue uno de mis primeros libros sobre cine y la puerta de acceso a mi admiración por su protagonista durante esa etapa tan decisiva para la formación de uno que es la adolescencia. También me gustaron bastante otras aproximaciones posteriores dentro de la crítica patria, como las de Andrés Hispano (David Lynch. Claroscuro americano, Glénat) y Juan M. Corral (David Lynch. Cruzando la cortina roja, Dolmen); al tiempo que debo confesar que todavía tengo pendiente el volumen que redactó Quim Casas -uno de nuestros mayores especialistas en la obra de Lynch- para la colección de Cátedra dedicada a cineastas de ayer y hoy. Pero voy a elegir otros tres títulos que creo pueden encontrar de manera más o menos fácil y que me parecen fundamentales para entender al genio que nos legó obras mayores del cine contemporáneo como Terciopelo azul, Una historia verdadera o la trilogía formada por Carretera perdida, Mulholland Drive e Inland Empire.
Si tuviese que elegir un solo libro de los muchos que analizan su poliédrico legado artístico, quizá me quedaría con David Lynch por David Lynch, editado por Chris Rodley y basado en una serie de entrevistas con el realizador que analizan su filmografía en orden cronológico. Bien es cierto que este tampoco recorre toda su obra, alcanzando solo hasta Carretera perdida; pero el interés de las entrevistas realizadas por Rodley, gran conocedor de la obra del entrevistado y por lo tanto el interlocutor ideal para esta clase de conversaciones, es tal que no merece desecharlo solo por eso. Por cierto: el volumen lo publicó por aquí tiempo atrás Alba y en la actualidad está descatalogado, pudiéndose localizar solo en el mercado de segunda mano a precios en ocasiones abusivos; pero la editorial argentina El Cuenco de Plata cuenta con él en su catálogo con el título Lynch por Lynch y es posible encontrarlo en algunas librerías físicas y online de nuestro país. Así pues, si tienen la oportunidad, no lo duden. Eso sí: la traducción de esta reciente reedición es autóctona, y -para entendernos- algunas películas aparecen con el título de allí y no con el de aquí. Pero vaya, eso es peccata minuta.
El otro gran libro sobre Lynch que cuenta con sus propias declaraciones es sin lugar a dudas el contundente Espacio para soñar, un libro más reciente que ya les recomendé en su día y que lleva la firma del propio realizador en compañía de Kristine McKenna. Permítanme la autocita: “en sus más de setecientas páginas el lector se encontrará con una suerte de memorias muy particulares, en la que se intercala la investigación biográfica, el testimonio del propio Lynch (en lo que ambos autores definen como ‘una conversación entre una persona y su propia biografía’)... y las declaraciones de los familiares y colegas de aquel -cada uno con su propia versión de los hechos- a partir de más de cien entrevistas inéditas hasta la fecha. Se trata pues de una lectura indispensable, acompañada de un suculento apartado fotográfico, para sumergirse en las procelosas aguas de la producción artística de este creador renacentista”. Poco más se puede añadir, salvo subrayar que estamos ante un must para los admiradores del cineasta.
Y para completar el podio, me quedo con el David Lynch de Michel Chion: no en vano su autor es, además de analista fílmico, un compositor experimental y por tanto experto en la tan fructífera como compleja relación entre música y cine; y muy pocos realizadores en la historia del séptimo arte se me ocurren en los que la importancia del sonido en general y de la música en particular en su cine sea más importante que en el de Lynch. Por ello, el recorrido que por sus películas realiza este crítico francés, y que va del estudio de los guiones al análisis del resultado final, acaba siendo siempre interesante y en ocasiones brillante. Por lo demás, es cierto que este libro quizá sea menos fácil de encontrar que los dos anteriores, pero bien vale la pena el esfuerzo. Ya me contarán...
PS.- Quiero dedicar esta columna a mi amigo y crítico de cabecera Christian Aguilera, que poco después del fallecimiento de Lynch me solicitó que le recomendase algunos libros sobre su obra. No puedo decir que fuese él quien me dio la idea de esbozar esta columna porque algo así ya rondaba por la mente un par de días antes, pero sí me proporcionó el impulso necesario para animarme a escribirla; y de paso le agradezco públicamente lo que para mí significa que un divulgador cinematográfico de su talla confíe en mi juicio sobre alguien que ha sido tan importante en mi formación no ya como cinéfilo, sino como persona en general. Así que esta va por ti, Christian.
Lynch por Lynch, Espacio para soñar y David Lynch están editados por El Cuenco de Plata, Reservoir Books y Paidós respectivamente.