Leyendas del Rock cierra a lo grande la edición más multitudinaria de su historia
Domingo 9 de agosto. Pasadas las 4 de la madrugada. Marcos Rubio se ve obligado a subir al escenario y recibir los aplausos de los cientos de festivaleros que todavía quedaban en pie. Minutos antes, y sonando el himno oficial Leyendas del Rock, Lujuria ponían punto y final a cuatro días de música y convivencia y a un festival que sigue creciendo a cada edición.
Aún sin cifras oficiales de asistencia, diversas versiones apuntan a que durante la jornada de bienvenida gratuita del miércoles pudieron concentrarse en el polideportivo cerca de 20.000 personas, por unas 15.000 cada uno de los tres días siguientes. Tanto la venta anticipada como en taquilla ha superado cualquier edición anterior del Leyendas, por lo que se puede afirmar que, en cuanto a público, el festival ha sido un éxito rotundo.
Igualmente lo ha sido a nivel artístico, con el mayor número de grupos de su historia y una clara apuesta por satisfacer a todos los seguidores de la música heavy, desde la más clásica o melódica hasta las propuestas más brutales, así como acercando el festival a la ciudad con los conciertos acústicos de Zenobia y Sherpa, un auténtico lujo que hay que agradecer a Marcos Rubio y Sufriendo & Gozando. Incluso ha habido espacio para propuestas de otro corte, como el blues de Jorge Salán o Blues Pills, banda que ha sorprendido a todos por su fuerza y calidad y que muchos reivindican como la mejor actuación del festival aunque ese debate jamás tendrá conclusión, porque las opiniones diferentes son tantas como asistentes han ido al festival.
A nivel organizativo, tres cuartos de lo mismo. Las instalaciones del polideportivo son un recinto inigualable para albergar eventos de este tipo, como coinciden en señalar todos los asistentes, aunque no obstante, y en momentos puntuales, va quedándose pequeño el escenario Mark Reale, donde actúan muchas bandas que por su calidad merecerían estar en los escenarios grandes, algo imposible de cuadrar por lo apretado de la agenda del evento. Como también resulta imposible que todos los grupos suenen a la perfección, pero en este caso hay poco que explicar: si todos los grupos suenan mal, es culpa del equipo; pero si unos suenan de lujo y otros no, es cosa de sus respectivos técnicos.
Problemas han existido, como siempre, pero no pueden deslucir un evento de esta complejidad. Este año, por ejemplo, se produjo un problema de aforo en la piscina durante la mañana del jueves, al coincidir al mismo tiempo gran número de asistentes. No obstante, dicho problema ya no se dio durante el resto del evento. Y por supuesto, la sempiterna falta de seguridad en la zona de acampada, donde pasean a sus anchas amigos de lo ajeno y vendedores de todo tipo de sustancias, creando la consiguiente incomodidad entre los asistentes. Sin lugar a dudas, una cuestión a resolver de cara a próximas ediciones.
En cualquier caso, bastaba hablar con los asistentes para llegar a la conclusión de que ha sido un evento magnífico. La inmensa mayoría de ellos se llevan un grato recuerdo del festival y de Villena, al igual que sucede al contrario, pues la vida que aportan a nuestra ciudad y la inyección económica que reciben bares, restaurantes, alojamientos, tiendas, farmacias o gasolineras es de primer orden.
Así las cosas, solo queda felicitar a los organizadores por su tremendo esfuerzo y animarles a seguir trabajando para que cada año el Leyendas del Rock sea mejor que el anterior. Y por supuesto, desear que este evento siga celebrándose en Villena por muchos años. Podrá gustarnos o no este tipo de música, pero jamás podremos negar la evidente repercusión positiva que tiene para Villena y sus habitantes.
Nota: Eternamente agradecidos a Metalovisión por sus vídeos, el mejor resumen posible del festival, y por su simpatía. Hasta el año que viene.