Llegaron las masas mutantes y somatizaron el DesCuento de Navidad
H.- Hubo una vez, en la yerma cuneta semivolcánica y radioactiva de la Villena Pos Caos Ya Te Lo Dije (madre de enfermedades infecciosas altamente contagiosas y generadora de criaturas mutantes en proceso de clasificación biológico-zoológica y de reconocimiento de derechos elementales controlados)
después de la caída de monumentos plurifuncionales, planes gubernamentales de rescate industrial, redes de telecomunicaciones con el exterior, vías de aprovisionamiento de suministros elementales, sistemas de medidas y pesos, servicios públicos básicos (como escuelas, centros sanitarios, comisarías, puntos de información turística
), y, en definitiva, de todo aquello que años antes del Pos Caos Ya Te Lo Dije había dado a la ciudad su peculiar y melancólico aspecto basado en la literatura fantástico-política y el fatalismo primario y enérgico de los ciudadanos bona fide; como digo, hubo una vez, décadas después del fin del calendario gregoriano y en el momento álgido del Pos Caos Ya Te Lo Dije, un acontecimiento paradigmático que muchos consideraron el principio del fin del período acre y submedieval que fatuamente trampeaban; época advenida quizá debido, como predicaron los seguidores de la posterior y ahorrativa Iglesia del Fin Matemático Del Precio, al abandono de la ciudad por la diosa de la Naturaleza Osmótico-Festiva, cansada del omnívoro Cincoseptiembrismo y su petulante optimismo fermentado al ritmo del etílico y machacón dos por cuatro oficial.
E.- El acontecimiento se inició con la aparición, el 25 de Diciembre del año conocido más tarde como Año Menos Uno Del DesCuento Final, de una fumarola recalcitrante entre las ruinas del centro local de retransmisiones (que, mantenido activo por un sistema de software residente protegido por complejos algoritmos autónomos, seguía ofreciendo, en un bucle infinito recombinado binariamente, antiguos programas como entrevistas a asociaciones locales sin ánimo de lucro, nombramientos de Madrinas digitalmente coloreados y remasterizados, ruedas de prensa fragmentadas aleatoriamente, anuncios apostillados por interminables digresiones técnicas ), de la que surgió el imprevisto y fluorescente Córam Pópulo el Memo, un remedo de profeta autoinfligido con la total información histórico-emotiva de Villena como camino de redención digital, y que, refulgente y deslizándose grácilmente entre los cráteres malolientes y los montículos de escombros y morralla urbana ultrajada, comenzó a predicar sus analgésicas y coloridas doctrinas en forma de máximas fraccionadas en unidades ininteligibles que, no obstante, las criaturas mutantes absorbían y recombinaban con pasmosa facilidad, debido a las milagrosas y esperpénticas alteraciones que éstas habían sufrido en sus cerebros, más concretamente en el cortex del hemisferio izquierdo, y que les proporcionaba una capacidad de procesamiento de varios gigabites de señales místico-religiosas; aunque también les confería el aspecto de voluminosos y asimétricos criaderos de patatas andantes.
H.- De modo que las masas de ciudadanos mutantes empezaron a seguir incondicionalmente a Córam Pópulo el Memo, impelidas por una esperanza que no habían conocida antes. Abandonaban las tiendas clandestinas de regalos institucionales de segunda mano, las oficinas reconvertidas en secaderos de tabaco transgénico, los talleres de arreglos de ropa para los ciudadanos contrahechos, los escasos puestos públicos dedicados al rearchivo de informes en suspenso, los sótanos habilitados como secretas clínicas de medicina ecológica, las ruinas donde se comerciaba furtivamente con mascotas para alimentación En definitiva, las masas de mutantes somatizaron lo que en el Pendrive Sagrado quedaría como el DesCuento de Navidad. Porque al cabo de pocas horas, miles y miles de dolientes seguidores se congregaban en lo que un día fue el Recinto Ferial, y que en ese momento histórico burbujeaba de géiseres sulfurosos que los bultos enfebrecidos sorteaban con hipnótico fervor para escuchar a Córam Pópulo el Memo, el ungido con la revelación digital unificadora, el iluminado por la fuente original del procesamiento binario para revelarles la totalizadora verdad, a saber: que todas las frustraciones que habían sufrido hasta ese momento, todo el ponzoñoso espejismo que les había llevado a su situación, se basaba en una equivocación simple y primaria: habían intentado creer en el progreso, en los buenos sentimientos, en la justicia, en los finales felices, cuando en realidad en sus almas hechas jirones solo había recelo, odio y fatalidad. De modo que había llegado el momento de ser consecuentes, de invertir la dirección de la historia y retroceder, de ir hacia el pasado, de hundirse cada vez más en sus oscuros corazones, de caer, de caer para siempre, hasta el día del profético colapso de lo que una vez fue Villena, La Eternamente Secuestrada.
E.- Y Fin.