Empezamos hace ya mucho tiempo, cuando algunos teníamos veintipocos años de edad. Ahora vamos camino de los cuarenta y muchos. Nuestra historia es como la de tantos grupos o escuadras que se unen con un motivo, la Fiesta, y una razón, la amistad.
Hoy que tanta controversia causan los entresijos y circunstancias de nuestras queridas fiestas, los entendidos afrontan su importante opinión como guías que pretenden alumbrarnos el buen camino; los profanos miran con curiosidad despreocupada pero respetable, y los festeros creyentes defendemos un algo más que dé sentido a nuestro credo festero.
Hemos vivido y convivido, sufrido y olvidado, nos han querido y odiado, hemos repudiado y también ensalzado, y un sinfín más de sentidos, sentimientos, hechos y circunstancias que llenan de plenitud algo que todos llamamos Fiestas. Es difícil de entender tanto, todo junto, y concentrado en tan poco tiempo para la mayoría. Ese algo enigmático es lo que justifica muchas cosas, porque detrás realmente puede haber algo más
Llevo más de cuarenta años de Contrabandista y muchos de ellos como Bandolero, sintiendo el alma Contrabandista, saboreando las hieles de muchos sinsabores festeros, pero convencido ciegamente de mi compromiso por algo en lo que creo aunque no pueda explicarlo. Por la misma misteriosa razón por la que mi padre me dio mi corazón Contrabandista y yo he querido transmitirlo a mi hija, por esa misma razón / sentimiento / creencia soy Bandolero.
La mística que muchas veces ha socorrido y justificado la idiosincrasia de cada grupo o escuadra especial me sirve a mí para ensalzar a mi gente. No somos mejores que nadie. Ni peores. Ni distintos o parecidos. Somos Los Bandoleros, como otros son los fulanitos o los menganitos. Reconozco el egoísmo propio de un pretendido lucimiento personal en el desfile y reivindico la aportación al brillo y espectáculo que debe respetar ese público sufrido, fervoroso y rendido que espera el paso de muchísima gente durante un tiempo interminable y muchas veces agotador.
Pero además, existe la vida detrás de cada corazón festero. O debe existir. Por eso Los Bandoleros hemos creído en el más allá de La Fiesta. Por eso Los Bandoleros hemos querido convivir respirando la esencia que justifica nuestra existencia como escuadra de Los Contrabandistas. Por esa misma razón siempre hemos deseado la convivencia a ras de sentimiento, de diversión y de compañerismo.
Por eso mismo, nuestra sede se quedaba vieja y pequeña. Y también, por eso mismo, este año tenemos una nueva sede. Los Bandoleros creemos en La Fiesta y en lo que hay detrás de ella. Ésa es la esencia que justifica nuestra existencia y esa es la responsabilidad que nos guía.
Creo que han pasado muchos años de compromiso Bandolero y que el futuro será testigo, como en otras escuadras y grupos de festeros, de un crecimiento personal que estrechará los lazos de amistad y convivencia. Esa nueva casa es el compromiso mismo. Cada ladrillo ha sido y será mudo testigo de la unión, de la convicción y de la fe que todos los Bandoleros ponen detrás de sus actos.
