Hasta donde yo conozco

Los caídos se levantan

Ocurrió el pasado día seis. Él venía bajando por la explanada que hay detrás de la puerta. Esta, la enorme puerta, permanecía cerrada, mostrando el claro miedo de a quien no le asiste la razón y toma decisiones torpes. El guardia civil de portería salió corriendo en búsqueda de aquel único hombre, gritando y vociferando cual energúmeno y no como un agente de la ley que ha de velar por el orden. El hombre nos explicaba a los allí concentrados que venía de Lugo. Que había llegado a las 7 de la mañana… andando. A esa temprana hora nadie le impidió el paso y procedió a subir hasta la Basílica del Valle de los Caídos. El solo quería oír la misa, en ese lugar, como parece que se celebra cada domingo o día de fiesta.
Los que asistimos a esa kafkiana situación estábamos afuera, ya que también se nos impedía el paso con un mentiroso cartel que anunciaba “acceso prohibido por obras de seguridad en el todo el Valle de los Caídos”. Eso es mentira. No hay ninguna obra realizándose en el valle. Es otra mentira más de este Gobierno.

A mí me molesta que mientan, pero aún más que sean un atajo de patéticos cobardes y que no digan claramente que cierran el Valle de los Caídos, porque tienen miedo a lo que puedan hacer apenas un par de centenares de nostálgicos del anterior régimen, entre los que gracias a Dios jamás me identifiqué. Porque a los que estábamos esperando para cursar visita a una instalación del Patrimonio Nacional, no se nos conoce para impedirnos la entrada. ¡Vamos, eso creo! Es una instalación catalogada como patrimonio de todos los españoles, para que al capricho de unos miedos se restrinja su visita.

Y además está cargada de historia. De la misma historia para los que no quieren olvidar y pasar pagina (peor para ellos) y para los que a pesar de nuestra joven edad, en la transición apostamos por la concordia entre españoles. Yo estoy de acuerdo en que se abra, ya que olvidar el pasado (y cerrarla es una forma de olvidarlo) es abrir la posibilidad de volver a caer en los mismos totalitarismos. No me vale que me digan, para justificar su clausura, que se construyó con el sacrificio y muerte de inocentes, represaliados en el franquismo. ¿Cómo se construyeron las pirámides? ¿Y las enormes figuras de buda? ¿Y la excepcional gran muralla china? No buscaré más ejemplos.

Que abran el Valle, y que, con rigor histórico, expliquen quién y qué fue Francisco Franco. Y José Antonio Primo de Rivera. Y también Gil Robles. Y Azaña. Y Negrín. Que nuestra juventud, los hombres del mañana que no conocen nuestra historia, sepan cuáles fueron los errores cometidos a fin de que jamás en la historia de España se vuelva hablar de guerra alguna.

Cerrar el Valle, además de una torpeza, es una provocación. Y a mí me da que provocación empieza por ZP

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