Los colegios Celada, Apadis y Príncipe Don Juan Manuel celebran juntos el Día de la Paz
El viernes 29 de enero celebramos conjuntamente el Día de La Paz los colegios de APADIS, Príncipe Don Juan Manuel y La Celada. Todavía tenemos en la retina aquellos tiempos, de nuestra infancia escolar, cuando todos los colegios de Villena nos uníamos en la Plaza Mayor o en el antiguo pabellón festero. El mensaje que se transmitía era fuertemente simbólico ya que representaba la unión por emitir un grito, una canción, un silencio
unánime, a los cuatro vientos: queremos el fin de las guerras y la Paz en el mundo.
Pero como dijo la Premio Nobel Rigoberta Menchú: La paz no es solamente la ausencia de la guerra; mientras haya pobreza, racismo, discriminación y exclusión difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz.
El viernes, se recuperó parte de esa unión de colegios de la localidad, ya que conseguimos unirnos los coles de APADIS, La Celada y Príncipe Don Juan Manuel en un acto emocionante, emotivo, maravilloso
Iniciamos el acto con los discursos de los representantes de los tres centros escolares. Seguidamente se guardó un minuto de silencio, respetado por casi 1.000 gargantas, ya que como dijo el poeta trágico griego Eurípides: Si tienes palabras más fuertes que el silencio, habla. Si no las tienes, entonces guarda silencio".
Seguidamente, realizamos la tradicional suelta de palomas y empezaron a intervenir los verdaderos protagonistas del acto: los niñ@s. En primer lugar, los alumnos/as de los tres colegios e integrantes de la coral Ambrosio Cotes interpretaron, junto a la cantante Jessy, del grupo de música Génesis, la canción Somos el mundo. A muchos de los presentes les tocó la fibra esas angelicales voces, otros no pudieron reprimir alguna lagrimilla y algunos empezaron a notar como lo que empapaba sus mejillas no era, precisamente, la amenazante lluvia.
A continuación un grupo de alumn@s de 6º de primaria de Príncipe-Celada, y dos alumnos de APADIS narraron el cuento El puente, que sirvió de hilo conductor al lema del acto Construyamos puentes, derribemos muros. La verdad es que lo hicieron de fábula y parecían auténticos cuentacuentos.
Y llegó el fin de fiesta: la coreografía conjunta, de casi 1.000 personas, de la canción Bajo el Sol. Desde todas las perspectivas posibles, desde todos los ángulos imposibles
la imagen era espectacular. De hecho, a petición popular (¡otra, otra, otra!) volvimos a bailar una segunda vez y así hubiéramos estado toda la tarde para cantar, alto y claro: Yo quiero que este sea un mundo que conteste, de este hasta el oeste, y bajo el mismo sol. Ahora nos vamos y juntos celebramos, aquí todos estamos bajo el mismo sol.
