Los Cursos Abiertos de Verano
Cualquiera que lea el título de este escrito puede pensar, no sin razón, que me estoy acordando del bañador en invierno. Pero en mi ánimo no está andar perdido ni descompasado con el resto de la humanidad. Muy al contrario, mi única intención es realizar una reflexión a tiempo, es decir, cuando todavía es pronto y la Concejalía de turno no se ha puesto manos a la obra en pos de planificar los CAV para el año 2006.
Mi primera experiencia con estos cursos (muy grata, por cierto) se produjo en el verano de 2004. En una de esas asfixiantes semanas de julio, un grupo de personas con inquietudes literarias nos reunimos alrededor del escritor y periodista alicantino Mariano Sánchez Soler, para disfrutar de su erudición y su aire, un tanto campechano. El curso se titulaba Narrativa de ficción. Desde mi punto de vista, fue mucho lo que aprendimos y alguna de las brillantes firmas que colaboran en este periódico pueden dar fe de ello.
Dado el positivo precedente, esperé con entusiasmo y expectación el programa de cursos para este año pero, para mi decepción, la oferta fue escasa y ninguno de los cursos daba el perfil de lo que yo andaba buscando.
Desconozco los motivos que impulsaron a los organizadores a reducir dicha oferta, como también ignoro los criterios para seleccionar los que finalmente se impartieron. Por ello, no tengo la voluntad, ni mucho menos la capacidad, para cuestionar ni criticar cómo se hicieron las cosas en esos momentos. Puede que se optara por impartir menos cursos pero de más calidad, puede que la partida presupuestaria fuera inferior a la de otros años... No lo sé y por ello me abstengo de hacer comentarios en ese sentido.
Pero de lo que sí estoy seguro, es de mi derecho a sugerir que, para ediciones venideras, se retome el espíritu de otros años, se oferten cursos suficientes para, al menos, abarcar el mayor número posible de actividades. Confío en que esta sugerencia no caiga en saco roto porque, a pesar de que aquí me manifiesto a título particular, me consta que hay más personas que comparten mi opinión. Si esta reflexión sirve para algo, muchos ciudadanos lo agradeceremos. Si no es así, nos gustaría conocer los motivos.