Los felices años 60 (artículo de opinión)
Datos demográficos desde el 15 de agosto de 1963 hasta el 15 de agosto de 1964. Nacimientos 487. Defunciones 239. Matrimonios 165. Días pasados cayó en mis manos una Revista Anual editada por el Ayuntamiento de Villena con motivo de las tradicionales Fiestas de Moros y Cristianos de 1964.
La portada de Manuel Santana. Hombre afable y gran pintor que junto con Blas Hernández llenaron las noches de agosto, con sus dibujos y chascarrillos, todas las paredes encaladas de la Sala de Fiestas La Troya de los Estudiantes. Cuanto ingenio y humor destilaban aquellos personajes.
Nada más abrir la Revista la publicidad de los cines Imperial y Teatro Chapí. En aquellos tiempos las mañanas de los días de Fiestas eran más tranquilas, hasta el punto que los festeros, después de las dianas, almorzábamos tranquilamente y a una hora prudente recogíamos a nuestras novias y nos íbamos al cine matinal. Muchos de nosotros a echar la siesta del borrego. Una pena que el cine Imperial, orgullo de todos los villeneros, no tuviera la respuesta adecuada por nuestros representantes políticos para haber mantenido tan magnífica sala.
Incluso el Círculo Agrícola Mercantil de la calle Luciano López Ferrer también programaba bailes matinales, en el Salón de la 1ª planta. También estaban el cine Cervantes y el cine Avenida, que igualmente programaban sesiones matinales que contaban con muy buena acogida sobre todo entre las parejas de novios y gente joven.
Ojeando la Revista enseguida te das cuenta que lo importante no es lo que cuenta, excepto cómo no, lo relativo al descubrimiento del Tesoro de Villena en el mes de diciembre de 1963.
Lo que llama la atención es la cantidad de anuncios publicitarios de sus páginas interiores. De todo tipo de empresas, industriales, comerciales, de servicio, representaciones que hablan muy a las claras de la vida empresarial y municipal, de una sociedad viva y palpitante que luchaba por salir de décadas de penuria y desazón. Había industria, servicios, agricultura, comercio. Las mejores firmas nacionales de la época, sobre todo las relacionadas con la industria del calzado, se publicitaban en sus páginas. En Villena había empresas punteras de calzados de niño cuyas marcas destacaban a nivel nacional y otras internacionalmente.
Marcas como P.F., Areli, Original Power, Clement, M.R., Calzados Polyana, Regi, Eli, Chivito, Zury, Ángelo, Calzados Dag, Glovi, Calzados Huerta, Hedy, Gelines, Calzados Lucas, Alteza, Rosi, Hernández, Micó, Jorupo, Calzados Valiente, Antonio Pardo, Calzados Arlequín, Calzados Peralta, Nuderín, Alí, Géminis, Kary, Herví, Calzados Tomás, Tohers, Verdú calzados, Calzados Irojei, Toval, Makal, Chiquitín, Caid, Smoy, Túrbula, Lillo, Momi, Calzados Segura, Calzados Leal, Agorna-Alfonso García navarro aparecen en la Revista.
También empresas de transporte de mercancías, Unión de Transportes -UNITRANSA, cuya dirección de administración estaba en Villena, Transportes Gómez, Transportes Guillén y aunque no aparece en la Revista también estaba Transportes La Ibense, que traía del Valle del Juguete Onil, Ibi, Castalla y también Biar, a la estación de RENFE cantidades ingentes de juguetes para toda España.
Las mejores industrias peleteras tenían delegación en Villena. Había fábricas de muebles de cocina, Muebles Loto. Imprentas importantes Normu, Valti, La Industrial Papelera. Talleres como Molamar, Gosalbez. Fábricas de terrazo y mosaicos. Primitivo Poveda, Blasco. Bodegas de vino y de Alcohol. Almacenes coloniales. Fábricas de Harinas. Industrias de clavazón. Industrias Caturla. Hoteles y hostales, Gran Hotel Alcoyano, Hostal Soler, Hostal Salvadora, Hostal Alcira.
Toda una actividad comercial e industrial que posibilitó que durante los años que van de 1960 al 1991, Villena creciera alrededor de 10.000 habitantes. Y todos los que querían trabajar encontraban trabajo.
A día de hoy más del 90% de las industrias, comercio y empresas de servicio que figuraban en la mencionada Revista han desaparecido o han cambiado su razón social. Perdiendo por ello Villena buena parte de esa pujanza económica que disfrutamos en aquellos años de trabajo, emprendimiento y de ilusión por ser y pertenecer a una sociedad que salía de unos años de muchas carencias.
Entonces el que quería trabajar lo podía hacer, eso sí, cumpliendo. Había quienes después del trabajo en la fábrica se llevaban faena a las casas y todos participaban en su realización. Todo lo que se tenía se valoraba muchísimo más. El dinero fluía y los padres por fin podían dar a sus hijos todo lo necesario para una vida digna y en muchas ocasiones acomodada.
Entonces de política casi no se hablaba. Ahora creo se habla demasiado. Nadie pensaba entrar en política para medrar un puesto de trabajo para toda la vida. Había unas personas que se ocupaban de las cosas públicas y nada más. Ahora todo el mundo quiere opinar, pero hacer poco y cobrar mucho. Y en el otro lado había muy buenos trabajadores, y muchos de ellos se hicieron empresarios y con su esfuerzo y tesón ayudaron a mejorar esta sociedad.
Se construyeron casas, que se vendían y se pagaban hipotecas con intereses mucho más altos que los actuales, y el ambiente de la ciudad era alegre y desenfadado. No se vivía por encima de nuestras posibilidades, se trabajaba, se gastaba y se ahorraba.
En resumidas cuentas, se vivieron unos años que no sé si volverán, pero en los que demostramos que con trabajo, esfuerzo e ilusión se puede contribuir para conseguir una sociedad más justa e igualitaria que la que hoy tenemos.