Los vecinos del Rabal denuncian los reiterados ataques que sufren por parte de determinados representantes de estamentos festeros
Ante los reiterados ataques que sufre el barrio por determinados representantes de estamentos festeros, que periódicamente centran su atención en El Rabal, para intentar acentuar la marginalidad de esta zona frente a otras de la población, debemos de manifestar:
1º. Que desde este barrio se están realizando grandes esfuerzos para reactivar el entorno, incentivando el transito de visitantes, tanto durante las fiestas locales como en las que desde aquí se organizan para dar a conocer nuestro patrimonio.
2º. Que tradicionalmente se acoge con gran hospitalidad al gran número de grupos festeros que tienen su sede en la zona, demostrando con ello los vecinos que soportan los inconvenientes que este hecho pueda provocar como verdaderos protagonistas de la fiesta.
3º. Que los cascos históricos son tradicionalmente el escenario de fiestas y tradiciones, como hasta ahora ocurre en nuestra ciudad, y que dejarlos de lado suele conllevar grandes fracasos.
La tradición de la fiesta que iniciaron nuestros antepasados tuvo su cuna en el casco histórico, y allí vivían los personajes que ahora recreamos en todos nuestros actos, por ello reclamamos por el bien de nuestras tradiciones que se establezca un acuerdo de no agresión, pues los ataques son excesivamente reiterados.
Las obsesiones de ciertos individuos de pasar a la historia aunque sea por lo que destruyeron, ha privado a la humanidad de disfrutar tanto de bellos monumentos como de especies animales y vegetales, y no podemos comprender cómo unos señores que odian la fiesta, pues la quieren cambiar entera, se erigen como mandatarios de la misma. Si tanto les disgusta que se apunten a otra y dejen la nuestra en paz.
Las reuniones en la clandestinidad, la manipulación del más débil, está generando acaloramientos y distanciamientos entre grupos, y actualmente es muy amplio el porcentaje de festeros que no se siente representados por el máximo organismo de nuestras fiestas. El protagonismo de un reducido número de componentes de la Junta provoca que no tengan suficientes portadas con las fiestas, las comidas, el ecuador y las entrefiestas, y que necesiten cabrear al prójimo trastocándole sus tradiciones en una borrachera de poder que debe de ser frenada.
Nadie se plantea que los desfiles en demasiados momentos pueden ser desagradables, con gente saliéndose de las filas y molestando al espectador, que se solapan actos con verbenas. Las cabezas pensantes sólo se preocupan de volvernos a todos locos con las tonterías que proponen.
Por ello reclamamos de los mandatarios festeros que se conformen con ser las estrellas de la fiesta, que se sigan repartiendo trofeos y pergaminos hasta que colmen sus vitrinas y paredes, pero que vayan abandonando la idea de que son los dueños de los moros y cristianos de este pueblo. A su vez reclamamos de los grupos políticos como verdaderos y únicos representantes democráticos de la población, que frenen este totalitarismo sectario que busca la consolidación de una fiesta elitista y privada.
Con respecto al cambio que se hizo en La Losilla, quisiéramos saber si definitivamente circular por debajo del puente es seguro, si así fuese reclamamos la vuelta a esta tradición, y en caso contrario solicitamos una vía alternativa para toda la población durante el resto del año, pues si se le asume un peligro, este punto negro debe de ser evitado permanentemente.
Sin nada más que tratar de momento, reciban un cordial saludo.