Luces y sombras sobre la salud mental en el Medio y Alto Vinalopó (Denuncia de AFEPVI, AFEMNO y AFEM-EPC)
Pese al indiscutible avance que ha supuesto la reciente apertura de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica en el Hospital General de Elda, la asistencia sanitaria a las personas con enfermedad mental y sus familias en el Departamento de Elda sigue mostrando carencias y deficiencias. La expresión más dolorosa de estas carencias la encontramos cuando fallan los servicios de atención para las situaciones de urgencia y las personas con enfermedad mental en estado de crisis y sus familias se ven sometidos a la estresante experiencia de lograr una atención psiquiátrica urgente después de las 3 de la tarde o los fines de semana.
Esto sucede porque la Unidad de Hospitalización sólo dispone de psiquiatras por la mañana, de lunes a viernes, mientras que las tardes y fines de semana son cubiertos con guardias no presenciales; esto es, el psiquiatra está localizable telefónicamente y cuando se le necesita, en virtud de lo que le trasmiten por teléfono y lo que él decide, se acerca hasta el hospital o da instrucciones para que se atienda al paciente. Este sistema de atención no es una aplicación de las nuevas tecnologías al diagnóstico psiquiátrico, sino una muestra más de la cicatería y desconocimiento con que se abordan los recursos sanitarios en Salud Mental.
Es opinión compartida por las asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental del Departamento de Salud de Elda, así como por el personal de salud mental, que la atención psiquiátrica se basa en la interacción, personal y directa, entre el psiquiatra, y el resto del personal sanitario, con el paciente y sus familiares. Sólo esta relación personal médico-paciente permite establecer tanto el diagnóstico como las particularidades del tratamiento, habida cuenta de que en salud mental no existen análisis biológicos u otros métodos de estudio que permitan establecerlos objetivamente, como sucede en otras especialidades médicas.
Esta relación personal y directa se cumple en las unidades de salud mental y, por supuesto, durante la hospitalización; sin embargo, para la situación más grave, complicada y estresante, que es la del ingreso de urgencia por causa de una crisis, el Departamento de Salud considera que una guardia localizada es suficiente, dando ocasión a que el tiempo de espera en urgencia se eternice mientras acude el especialista y que, en algunos casos, como ya ha sucedido, el ingreso no se realice, a pesar de la gravedad y de las consecuencias posteriores.
Cuando una persona con enfermedad mental en estado de crisis acude a Urgencias, generalmente acompañado de sus familiares, lo suele hacer en un estado de agitación y desconcierto que puede tener consecuencias graves para el paciente o las personas que con él conviven. La aparición de estas crisis, que en algunos casos son previsibles y tratables en consulta ambulatoria, se dan en cualquier momento y sin tener en cuenta el horario de atención de los centros de salud.
En estas situaciones de crisis, además del sufrimiento del propio paciente (que puede desembocar hasta en el suicidio) que no suele reconocer la necesidad de una atención urgente, se involucran los familiares que conviven con él o que le atienden. Estos familiares viven con especial ansiedad la situación del enfermo y, además, el complicado procedimiento de atención, que implica, cuando no media la voluntad del paciente, a policía, jueces y unidades de traslado médico. Toda esta movilización de recursos no puede quedar detenida en Urgencias a la espera de que acuda el psiquiatra desde no se sabe dónde, ni cuándo.
Antes de la apertura de la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica del hospital General de Elda, los ingresos se realizaban en la unidad de Santa Faz, en Alicante, con las dificultades añadidas de la distancia, la escasez de camas y la falta de implicación del personal sanitario. Con la apertura de la nueva unidad de Elda, las asociaciones nos felicitábamos porque, al implicar a todos los psiquiatras del Departamento, nuestros familiares enfermos iban a ser atendidos en parte por los mismos médicos que en su consulta ambulatoria, mejorando la continuidad de cuidados y la información disponible sobre las características personales de cada trastorno. Pero el sistema adoptado de guardias localizadas genera desconfianza y añade dificultades gratuitas a la atención urgente; pues el especialista valora si debe o no acudir en función de la información que le trasmiten terceros, el personal de Urgencias que no está precisamente especializado en la atención a estas enfermedades, por lo que, en algunos casos, no se presenta y se limita a dar indicaciones por teléfono.
Los familiares también hemos comprobado, en nuestras vistas durante las tardes y fines de semana, la situación en la unidad de hospitalización, donde se manifiesta, además de la carencia de psiquiatra, la escasez de personal de enfermería, auxiliares y celadores. Con la unidad casi al completo de forma permanente, el personal no da abasto para atender a las visitas y a los pacientes ingresados. Pese a que nos consta la gran labor que están realizando día a día, nos preocupa que la falta de personal desemboque en situaciones de riesgo para los pacientes o los profesionales.
En opinión de las asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental del Departamento de Salud de Elda, compartida con el personal sanitario de salud mental, la Unidad de Hospitalización psiquiátrica debería de contar con un psiquiatra de guardia presencial las 24 horas del día, tanto para atender las urgencias como para dar respuesta a las situaciones que pudiesen producirse en la planta. Del mismo modo, creemos que debe de ampliarse el personal de enfermería, celadores y auxiliares que atiende la Unidad de Hospitalización. Igualmente consideramos que el servicio de urgencias del hospital debería de contar con un protocolo específico de atención a las situaciones de urgencia psiquiátrica que tuviera en cuenta tanto la situación del paciente como las necesidades de información de los familiares.
Las personas con enfermedad mental son desgraciadamente noticia cuando no están adecuadamente atendidas; esto es así pese a la vigilancia de familiares y personal sanitario. No debemos permitir que una falta de atención, derivada de una consideración economicista de la sanidad, arruine los esfuerzos que realizamos para superar las consecuencias negativas de la enfermedad y el estigma social que las acompaña.
Fdo. Las asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental del Departamento de Elda (AFEMNO, AFEM-EPC y AFEPVI)