Estación de Cercanías

Maldito “parné”

“Parné”. Palabra del caló (lengua gitana) que significa dinero. Si perciben enfado en este tajante título están en lo cierto, me subleva comprobar que todo se mueve alrededor de él, máxime cuando son las instituciones públicas las que hinchan su vuelo en perjuicio de niños y jóvenes.
Les sitúo: El pasado fin de semana se celebró el IV concurso de Coreografía y III de Playback organizado por las concejalías de Fiestas y Juventud del M.I Ayuntamiento; pues bien, en esta última edición, aparte de los muchos participantes, el papel protagonista ha sido para el equivocado uso que del “parné” se ha hecho.

En primer lugar suspenso de los de “0” para las concejalías implicadas, por confundir animación con organización, dejando en manos de un grupo de teatro, que no pudo hacer más, todo, absolutamente todo el desarrollo del evento: apertura de puertas, control del público, medidas de seguridad, atención de los participantes, etc., etc. Resultado: aglomeración a las puertas del pabellón con el tráfico pasando sin miramiento, espectáculo patético cuando se abrieron las puertas sólo comparable con un encierro en Pamplona (nosotros los cabestros), el pasillo central de la carpa tomado por las sillas de adultos insensatos que cerraron la salida principal (de ello servidora informó a los organizadores, sin respuesta), y para colmo, la salida de emergencia se usaba de entrada ante la indignación de muchos de nosotros por la total ausencia de personal de seguridad que cubriese las carencias cívicas de algunos de los allí presentes. ¡Eso si!, Esteban y Montilla, que destinaron cuatro durillos para llenar la tarde del domingo con una inexistente fiesta de carnaval –allí sólo hubo competición–, llegaron puntuales a las 8.30 para la foto con los ganadores.

En contra se comete la aberración de compensar con dinero a niños y jóvenes denominando concurso a una celebración que debería de ser popular sin intereses monetarios de por medio. Mis luces de emergencia saltaron cuando el pasado día 3 se citó en el salón de actos de la Kaku a todos los inscritos para pasar lista, hacer un previo, recoger los CD´s con las músicas elegidas y ver lo que estaban preparando; y cual no sería mi sorpresa al escuchar a Juan (del grupo Carcajada) pedir a los participantes el desalojo del salón de actos por las quejas de un grupo de padres, que al amparo de la palabra concurso, no querían que se viesen unos a otros. Conste que los mayores se quejaron por esta medida, pero aún así no les quedó otra que salir todos al recibidor desde donde esperaban su turno para actuar y al que regresaban después de ello. Estaba estupefacta por la petición de los padres, pero mucho más por el consentimiento de la organización ante tal despropósito; así que hice mis averiguaciones y rápidamente resolví el misterio: los peticionarios estaban pagando a una academia privada la preparación de sus hijas para, como así pasó, ganar el festival. Y allá cada cual su dinero y la educación que da a sus hijos, pero creo que no es desde el ayuntamiento desde donde se debe de dar pie a estas conductas.

¿Saben por qué?: porque los niños no son tontos y sus caras hablaban por ellos, y el dinero a esas edades les queda grande, pero no así el saberse parte de algo, recompensados en lo más mínimo, iguales unos a otros. No permitan que unos cuantos euros apaguen ilusiones y esfuerzos a la sombra de competencias y desigualdades que vienen generadas por la espera de recibir lo que se invierte, se trata de niños y de fiesta, pero sobre todo, de inculcar valores en aquellos que todavía siguen vírgenes a la metálica contaminación.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba