Manolete, si no sabes torear…
¿Y ahora qué? Tras haber disfrutado de un año 2017 idílico para las bolsas, nos enfrentamos a un 2018 que activa el índice de volatilidad a máximos, y quita el sueño a muchos inversores. Podríamos entrar a valorar el porqué de la corrección, qué valores han sido los más perjudicados o por qué mi cartera se ha comportado mejor o peor que la de mi amigo o vecino.
Realizar lo anterior poco nos aporta, pero sí debemos valorar la tranquilidad o ansiedad con la que hemos afrontado este momento de mayor volatilidad. Aunque no lo creáis, es un escenario perfecto para reflexionar y ajustar la cartera de inversiones a nuestro perfil de riesgo e inversión.
Generalmente, cuando los mercados nos acompañan o son alcistas tendemos a ser más arriesgados, y cuando por el contrario vienen recortes o correcciones aparece el miedo y tendemos a ser más conservadores.
Lo cierto es que en un entorno en el que la volatilidad es el precio a pagar para obtener rentabilidad, debemos planificar nuestras inversiones. Si antes de invertir realizamos una planificación, con ayuda de nuestro asesor, evitaremos estar preocupados en los momentos más complicados de mercado. A continuación ofrecemos algunos aspectos importantes que debemos tener en cuenta a la hora de planificar nuestras inversiones:
-Fijar un objetivo, pues nos ayudará a soportar pérdidas puntuales que se puedan sufrir en un momento de corrección.
-Realizar un plan de inversión nos ayuda a saber el riesgo máximo y mínimo que estamos dispuestos a asumir, y por tanto la pérdida máxima que podemos ver reflejada en nuestra cartera.
-Diversificar la inversión por activos, regiones, sectores
-Fijar un horizonte temporal de inversión, de forma que el corto plazo no influya en nuestra toma de decisiones.
-No asumir riesgo con todo nuestro patrimonio: puede que tengamos que disponer de liquidez.
La realidad es que cada inversor es diferente, tiene horizontes temporales, objetivos de rentabilidad, necesidades que cubrir... Este ejercicio deben hacerlo inversor y asesor conjuntamente, hasta conseguir una cartera con la que el inversor se encuentre tranquilo y cómodo en cualquier situación de mercado. Lo que se demuestra en todos los casos es que, cuando se ha realizado una planificación previa, las inversiones tienden a ser más consistentes y nos acaban reportando resultados más exitosos.