Manuel Muñoz Hernández. El Candidato.
Dentro de nuestras Fiestas de Moros y Cristianos aparecen periódicamente personajes que destacan por su voluntad, su trabajo, amor a las Fiestas, ejemplo de actitud conciliadora, dialogante, valor de la amistad y del trato cordial, todos ellos valores que se introducen en el trabajo en común, en la esencia de lo colectivo. Quizá el valor pedagógico de nuestras Fiestas viene orientado por ser ejemplo hacia el mundo de nuestra ciudad, festero o no. Y cómo no, a una juventud que debe asumir las responsabilidades y las formas y maneras, no de vejez, de lo caduco o lo trasnochado, sino por las acciones de personas, que como Manuel Muñoz, viven la realidad. Gracias a estas valiosas personas, nuestras Fiestas pueden crecer y hacerse más grandes, pues se rebasa el límite de lo festivo para introducirse en el día a día de una ciudad como Villena, y la mejor de ella es la de sus habitantes, esos villeneros y villeneras que descubren a personas de valor como lo es Manuel Muñoz Hernández.
Manuel llegó a las Fiestas, al igual que muchos villenenses, siendo un niño de tan solo dos años que vivió la familiaridad de las comparsas, de las conversaciones y la cercanía de los Labradores. Así vivió nuestras Fiestas hasta que con dieciocho años vive el protagonismo del cargo festero y llega a Capitán de su comparsa. Hasta el momento parece que estamos reviviendo los pasos de muchos festeros que viven las Fiestas como las etapas que un antropólogo definiría como los ritos de iniciación y de pertenencia al grupo, pero hay más.
La amistad entre los villenenses se traduce en los comportamientos de los grupos de referencia, y Manuel Muñoz descubre que con sus amigos Piratas hay otros momentos en las Fiestas; ahora toca la labor directiva. Es por ello, que habiendo ingresado en la Comparsa de Piratas, formará parte de una Junta Gestora, y Junta Directiva a comienzos de los ochenta.
Primera presidencia
En los noventa entra a formar parte de la directiva, desde 1991 hasta 1994. Fueron años de trabajo e ilusión por los que se apostó por una sede social que en mente de Manuel se abría como esa casa abierta de los Piratas. Además, se defendió con éxito un inmueble, muy adecuado a las grandes medidas de su comparsa y a los valores de una arquitectura funcional, destacados ejemplos de lo que fue y ya no es patrimonio arquitectónico y urbanístico de los villenenses. A Manuel y su Junta Directiva debemos el respeto por la conservación de un inmueble que guarda las líneas de la coherencia con otras edificaciones cercanas muy destacadas en lo que se llamará la arquitectura de la revolución industrial.
Su proyecto quedaría inconcluso si no hubiera continuado su labor directiva como presidente de los Piratas en un nuevo mandato. Así, lo encontramos en una nueva legislatura, en donde uno de los objetivos viene dado por la idea de abrir la sede social a las comparsas de moros, de cristianos, y a esa amplia ciudadanía de los no festeros que pudieran encontrar la posibilidad de revivir el concepto de fiestas populares. En definitiva a hacer un espacio común de lo común. Hablamos de esa sala de fiestas La Guarida del Pirata conseguida gracias a las hábiles negociaciones y a la férrea voluntad de ganar unos terrenos colindantes propiedad de RENFE. Manuel apuntó con ese buque insignia salido del astillero de su imaginación, a una época de gratos recuerdos pero con la reflexión de que en el futuro habría que observar las Fiestas con otra perspectiva.
Es por ello que a Manuel lo encontramos con el compromiso de orientar las actitudes de los dirigentes festeros hacia caminos dialogantes y actitudes constructivas. Nos referimos a su valiosa presencia en los debates de la Junta Central, donde trasciende su pertenencia a una comparsa para mostrar su compromiso con las Fiestas de Villena. Coherencia, formas cordiales y simpatía, arrastraron a presidentes y delegados, que vieron un gran colaborador; y muchos de ellos encontraron en él al amigo que en ocasiones se desea tener en los momentos de la soledad que imprime la responsabilidad de la función gestora.
Premios y reconocimientos
Manuel presume de ser Pirata, y cómo no presumir de comparsa cuando las comparsas de Villena también saben agradecer a sus hijos con reconocimientos. Le fue concedido el premio Pata-Palo en el año 2000, el cual valora una labor festera llena de entrega y de compromiso. El galardón del Premio Pirata le fue otorgado en el año 2004 el mayor reconocimiento que puede ostentar un socio dentro de la Comparsa de Piratas. Pero Manuel Muñoz también se siente ligado a una labor llena de pequeños gestos, como la de manifestar su vivencia en uno de los pilares básicos de nuestras Fiestas, la Procesión a nuestra Morenica, cuando se entrega a una tarea casi minimalista, que durante varios años fue la de ofrecer el símbolo de la vida, de la naturaleza a través de esa alábega que es cuidada con el amor con la que obsequia a los Labradores para que ellos sean los protagonistas de esa ofrenda silenciosa a nuestra Patrona.
Junta Central
Hoy Manuel Muñoz forma parte del organigrama directivo de nuestras Fiestas de Moros y Cristianos a través del cargo de Vicepresidente de la Junta Central de Fiestas. La restauración del patio es un nuevo deseo de abrir la casa de todos los festeros. No ha sido fácil, pero trabajo, imagen y habilidad negociadora han conseguido de nuevo abrir este valioso espacio de nuestra Casa del Festero. Este recinto festero, que en los dos últimos años ha servido de cobijo a los industriales y artesanos que se dedican al mundo festero a tener un punto de reunión, así como el acercamiento de todas las posturas para realizar durante estos últimos años las feria de Artefiesta, que este ultimo año y gracias a la maña culinaria de Manuel Muñoz llega a su IV edición, trasladada al Pabellón Ferial de IFA.
Ha trabajado y trabaja en la Junta de Gobierno, sabe del funcionamiento de todo lo que acontece a la Junta Central, y ha demostrado sus aptitudes de protocolo y saber estar en todas las expediciones que se han hecho fuera de Villena, así como todos los actos realizados en nuestra ciudad.
El candidato
Podríamos proseguir con un sin fin de cuestiones más, pero para terminar esta exposición de algunos de los rasgos del que consideramos oportuno candidato a dirigir nuestro máximo órgano festero, la Junta Central de Fiestas, diremos lo que un ponente Mateo Marco, pregonero de las Fiestas 2005 de las jornadas de Entrefiestas le llevó a afirmar con mucha claridad y coherencia de los valores de nuestras Fiestas y de algunos de sus festeros: la necesidad de que el festero encuentre el espacio de nuestras Fiestas no como un espacio de tramoya o bambalinas, y sí ese lugar en donde lo que hace común, no el individualismo, lo que nos exige el sentir colectivo, no el yo exclusivo. Actitudes como las que hemos descrito buscan que la Fiesta se deba entender como expresión colectiva aparejada al concepto de dignidad, junto al de fe, tradición y memoria de nuestras comparsas frente al exceso individual.