Marca Kirkman
Abandonad toda esperanza, salmo 401º
Puede que a alguien le extrañara, ya que hablábamos incluso de efemérides, que no aprovechase la columna del pasado 14 de febrero para comentar alguna película, libro o cómic de género romántico. Lo que pasa es que, además de preferir celebrar otras cosas (incluidas esas 400 columnas que llevamos ya), y como afirma uno de esos chistes que pululan por las redes sociales, un servidor es de aquellos para los que febrero, más que el mes del Día de San Valentín, es el mes en el que regresa a la parrilla televisiva la serie The Walking Dead. Cada uno es como es.
No es la primera vez que les hablo ni de Robert Kirkman ni de ese espléndido cómic suyo titulado Los muertos vivientes, que ha dado pie a la serie que ha convertido a algo en principio tan minoritario por puro desagradable como los zombis en producto de consumo masivo. Pero vuelvo a recuperarlo hoy porque el interés de este guionista va mucho más allá de su célebre creación, e incluso más que el otro título por el que la mayoría de los lectores le conocen también: Invencible, que no es sino su personal aportación al genero de los superhéroes.
Precisamente el protagonista de esta última se da un garbeo, a modo de invitado de excepción, en El asombroso hombre-lobo, una colección donde Kirkman hace con otros iconos del terror (no solo el licántropo, sino también el vampiro y alguno más) lo que hizo con el zombi en Los muertos vivientes: revisitarlos y adaptarlos a los tiempos que corren. Y si con su serie río nos ofrecía un relato postapocalíptico que acababa convirtiéndose en un retrato veraz de la condición humana, con esta otra nos regala un simpático pastiche tan intrascendente como divertido que mezcla historia de iniciación superheroica, horror, thriller tecnológico y drama familiar. Todo por el mismo precio, y con la colaboración de un agradable Jason Howard a los lápices.
Para colaboración llamativa, la de Kirkman con Rob Liefeld, un dibujante de nociones anatómicas más bien nulas que para muchos representa lo peor del cómic comercial de los años 90. No obstante, además de guionista el primero es ante todo lector y friqui consumado, y no se pudo resistir a reclutar a su admirado artista, toda una estrella (aunque a veces por razones equivocadas) del medio, para ilustrar una serie de creación propia que juega con los viajes en el tiempo al más puro estilo Terminator: el resultado es El Infinito, de la que se puede decir que ni siquiera su dibujante es capaz de estropearla del todo. Lo que no es precisamente poco.
Mucho más interés tiene, a nuestro parecer, Ladrón de ladrones... aunque aquí Kirkman se limite a plantear el argumento de partida y deje en manos de Nick Spencer el desarrollo de la historia. Ambos escritores, con un magnífico Shawn Martinbrough en el apartado gráfico, nos obsequian con un relato de suspense protagonizado por el que es considerado como el mejor de los ladrones tanto por las fuerzas de la ley como por sus propios colegas, y que llegado el día de su anunciado retiro se ve obligado a volver a la acción para acudir en auxilio de su hijo, que intenta seguir los pasos delictivos de su progenitor pero con bastante menos fortuna que aquel. La historia, al menos en su primer volumen, es una de esas en las que nada es lo que parece ser, y donde por mucho que el lector ejerza aquello de "piensa mal y acertarás" se encontrará con que los autores van varios pasos por delante de él... para el disfrute del personal, obvia decirlo.
Otro título que merece la pena leerse es Witch Doctor... aunque no lo escriba Kirkman. Y es que este, tras el éxito de Los muertos vivientes, se ha convertido en empresario del sello Skybound y por consiguiente en una marca que puede explotarse en el mercado. Así, no es de extrañar que su nombre aparezca en la cubierta a mucho mayor tamaño que el de los verdaderos autores de la obra: el guionista Brandon Seifert y un excepcional Lukas Ketner que por momentos podría parecer el gran Bernie Wrightson resucitado si no fuese porque este sigue vivo y coleando. ¿Que de qué va el cómic en cuestión? Pues imagínense una versión de la serie House en clave fantástica, con un doctor especializado en ocultismo y rodeado de criaturas lovecraftianas surgidas de la pesadilla más terrorífica que pueda imaginarse. Todo ello sin perder ese sentido del humor tan característico de Kirkman... aunque, como digo, él no se encargue de nada más que de promocionar la obra. Y es que, como digo también, Kirkman es ya una marca, reconocible hasta en cosas que no son suyas.
El asombroso hombre-lobo, El Infinito, Ladrón de ladrones y Witch Doctor están editados por Planeta de Agostini Comics.