Marea negra
Abandonad toda esperanza, salmo 135º
La primera plana del periódico con el que desayuno hoy -"Chapapote cerca de las playas valencianas"- me hace pensar por un momento si no será que los responsables de Mayo Negro, las jornadas sobre el género de la Universidad de Alicante que dirige el escritor y periodista Mariano Sánchez Soler, han llevado su pasión por la novela criminal demasiado lejos.
Y es que en la cuarta edición del evento, que terminó hace apenas unos días, el tema central era precisamente la novela negra mediterránea, escrita en castellano o en catalán. Por tanto, nombres como los de Manuel Vázquez Montalbán, Andreu Martín o Jaume Fuster han salido a colación en repetidas ocasiones, aunque no tanto como el de Francisco González Ledesma, "El jefe de la banda", que visitó Alicante para protagonizar un encuentro con sus lectores.
Redactor jefe de La Vanguardia durante años, ganador del Premio Planeta por Crónica sentimental en rojo y del RBA de novela negra por Una novela de barrio, Premio Carvalho por toda su producción literaria (que incluye, créanlo, varios centenares de obras), creador del emblemático inspector Méndez y autor de libros como Las calles de nuestros padres, El pecado o algo parecido o Tiempo de venganza, sabemos desde hace tiempo que fue González Ledesma y no otro quien se escondió durante años tras el seudónimo de Silver Kane para firmar novelitas de quiosco, policíacas, de terror, la mayoría del Oeste al estilo de Marcial Lafuente Estefanía, y que aunque solo tenían por objetivo entretener al lector y no hacer Historia de la Literatura Española, enseñaron al espléndido escritor que hoy es a manejar las herramientas de su oficio. Unas novelas que todavía hoy pueden encontrarse en los rastros, y de las que se han seleccionado cuatro para su reedición en el recomendable volumen Recuérdame al morir.
Un oficio este que, en la hoy mítica Editorial Bruguera, pasó hasta por escribir guiones para tebeos: fue González Ledesma el encargado de guionizar las aventuras de El Inspector Dan, creado en su día por Rafael González, cuando este abandonó la serie. Un trabajo que el autor de Expediente Barcelona justifica con una única y reveladora palabra: hambre.
El cómic es precisamente un elemento que faltaba en Mayo Negro, y que en esta cuarta edición ha llegado con fuerza para quedarse: Raule y Roger, guionista y dibujante de Jazz Maynard, llegaron a la sede universitaria para presentar su más popular creación, protagonizada por un trompetista de jazz y ladrón de guante blanco que regresa de Nueva York a su Barcelona natal para descubrir que el pasado es una pesada losa de la que no resulta fácil deshacerse.
Y créanme: a partir de ahora, para hablar de Barcelona y el cómic negro, habrá que hacer referencia a este ya indispensable Jazz Maynard, como para referirnos a la Ciudad Condal en el ámbito de la novela policíaca recurrimos a Francisco González Ledesma, memoria viva de sus calles.
IV Mayo Negro se celebró en Alicante del 27 de mayo al 1 de junio de 2008; Recuérdame al morir y Jazz Maynard están editados por La Factoría de Ideas y Diábolo Ediciones respectivamente.