Opinión

Marea Negra también sale a la calle (Artículo de opinión)

Mañana cierran otra de mis tiendas favoritas. Ésta es de comestibles ¿Cuándo parará esta lluvia de cierres? A lo mejor cuando nuestros gobernantes se den cuenta de que sus medidas no favorecen ni a chicos ni a grandes. A los chicos porque no nos queda mucho con qué pasar el mes; a los que son un poco más grandes porque los chicos no consumimos y a los más grandes porque no pueden consumir ni chicos ni los que son menos chicos.
A mí las cuentas me salen muy feas. Y no me gusta nada pensar en un futuro gris. No entiendo muy bien que hasta el 2008 fuésemos ricos y que a partir de ahí se nos echara encima un monstruo llamado "Crisis" que nos ha querido engañar a la mayoría diciéndonos "Vosotros tenéis la culpa, porque habéis vivido por encima de vuestras posibilidades". Y eso no es verdad. La mayoría de los españoles ha vivido de su sueldo (no muy elevados, por ciertos, los sueldos); ha pagado sus deudas y sus impuestos y ha tenido que renunciar a más de un capricho. No todo el mundo se ha ido de viaje cada verano por el mundo; ni se ha comprado coches de marcas esplendorosas; ni ha ido a restaurantes de nueva cocina; ni ha cambiado de ropa cada temporada. Ya quisiéramos. Aunque no sé si la Tierra aguantaría que todos hiciéramos esto.

Vi el otro día una película (que no recomiendo) que se titula "La cocinera del presidente". Es una película francesa que da a conocer las peripecias de una cocinera bien preparada que es llamada por el Eliseo para preparar la comida al entonces presidente de Francia, François Miterrand. En el Eliseo había dos cocinas: una para todo el personal que allí trabaja y para preparar los banquetes oficiales y otra exclusivamente para el alto mandatario. Lo que me indignó fue ver cómo un político democrático, elegido por el pueblo francés, puede convertirse en una persona caprichosa que a diez minutos de servírsele una comida programada cuidadosamente con antelación y preparada con productos seleccionados a lo largo y ancho del país, se le ocurre que no quiere lo que hay y que desea ostras y mariscos varios. Y allá que sale corriendo la sufrida cocinera a ver si en el tiempo que queda puede hacer realidad el deseo del presidente.

¿Cómo lo ven ustedes? Yo muy mal. Un señor que come gracias al dinero que pagan todos los franceses a través de sus impuestos no puede tener caprichos de esa índole. ¿Acaso todo el mundo se puede permitir ese tipo de productos en un día normal y corriente, incluso sin que sea normal y corriente? Bien está que se alimente bien al mandatario, pero ¿por qué con productos tan caros y que en el último momento es capaz de rechazar y de cambiar por otros aún más caros? Si no lo adivinan, yo se lo diré: porque parece ser que a los políticos, cuando son elegidos por el pueblo y tocan cargo, lo que se les olvida es tocar calle. Y por este motivo se olvidan de cómo vive la mayoría. Y llegan a pensar que mínimo todos vivimos como ellos.

Pues no, señores y señoras, en España, ahora mismo, no vivimos todos como nuestros gobernantes. Y si se decidieran a salir más a gastar suela por las calles de las poblaciones de este país, se darían cuenta de que hay mucha rabia, mucha decepción y poca esperanza.

Pero (y ahora voy a darle un toque al pueblo) hay personas que en este país están haciendo lo que pueden para llamar la atención de la clase política (clase, ya que tiene privilegios que no tienen la mayoría de españoles) y que cambie la legislación de muchas cosas; por ejemplo, de la manera de elegirlos, a ellos, a la clase política; por ejemplo, para que no haya paraísos fiscales en el mundo; por ejemplo, para que se endurezcan las leyes que penan los delitos de corrupción; por ejemplo, para que haya independencia de los poderes públicos. Aquí en Villena, por ejemplo, nos reunimos los últimos miércoles de mes para defender lo anteriormente dicho. Lo hacemos a una hora que creemos que puede venir bien a toda persona que quiera, a las 20 h. Nos reunimos en la Plaza de Santiago sólo media hora, para no cansar. Y se suele hablar de algún tema novedoso como "Bancos del Tiempo", "Objeción Fiscal", "Hambre de Justicia". ¿Saben que hay personas en este país que están en huelga de hambre para pedirle al gobierno que cambie las políticas económicas y sociales? Pues las hay. Y nuestro grupo, MAREA NEGRA, los apoya, se les da publicidad. También luchamos para que este país no siga cayendo por un tobogán que no sabemos dónde tiene el final.

Pero somos de 30 a 50 personas ¿Cómo puede ser esto en una población de 30.000? Si queremos cambiar algo, tenemos que hacer saber lo que queremos cambiar, exigirlo, unirnos. No sólo de rabia vivimos, también de esperanza. Y cuantas más personas exijamos públicamente un cambio, más caso se nos hará.

Nuestro grupo seguirá reuniéndose los últimos miércoles de mes al menos hasta que acabe el año. Y ojalá no nos tuviéramos que reunir más tiempo, pero si hace falta, allí estaremos. Y organizaremos actividades, como la del 8 de mayo, en La Tercia, a las 20 horas, donde el Grupo Tortuga vendrá a hablarnos sobre la Objeción Fiscal.

No es el momento de lamernos las heridas. Es el momento de ponernos mercromina y salir a la calle. Nada de lamentaciones. Que nuestra voz sea fuerte y clara. Para que la oigan bien.

Rosa Llorens Ronda
Marea Negra Villena

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