Cultura

Más allá de Alonso

Sí, de acuerdo, la hazaña del pasado domingo supone un segundo título mundial para Fernando Alonso y, como nos cansamos de escuchar, para los españoles y españolas y para el deporte nacional. Pero más allá de Alonso uno se encuentra Schumi, no mucho más allá, apenas dos puestos atrás.
Michael Schumacher combatió contra el infortunio, contra un desafortunado pinchazo y un largo camino a boxes. Y si mi solidaridad y admiración por él no es a causa de su escudería, lo es por su remontada desde la cola de la carrera hasta el cuarto puesto, por la sorprendente ilusión y entrega en cada carrera, por su larga y exitosa trayectoria, porque lo merece su gloriosa retirada de la Fórmula uno. Así que me parece que el hombre a quién tenía que dirigir mis aplausos el pasado fin de semana no debía ser Alonso, ni Massa, sino el Kaiser, el mejor piloto de la última década. Pese a todo, las felicitaciones al asturiano son obligadas. No es el caso de Rijkaard, ni de su equipo, quienes se encontraron con un renovado Real Madrid que ya se dejó ver en su último lance europeo. Cosas de los derbis, que suelen dejar al 50% de mala cara, y eso es algo muy fastidioso si además ocurre un domingo por la noche y nos deja con la perspectiva de la mañana de trabajo del lunes –más Inri para quienes suman al mal resultado la apuesta en la porra y/o la quiniela–, peor a quien se lo recuerdan una semana más tarde, como en este caso.

Y terminada la (im)pertinente crónica deportiva, pasemos al asunto cultural. Dejaré a un lado la hipermediática Feria humana así como el Día del vecino, eventos sobradamente cubiertos por todos y cada uno de los medios. Pasaré más bien al nada común viaje organizado por la Concejalía de Juventud: asistencia al musical Los productores y visita al Resort de la Warner. Perspectiva que me lleva a pensar que en un viaje tan carente de tópicos, que destella tal originalidad, también habrá momentos en que uno pueda ir al McDonalds –al que tanto gusto tiene el señor Montilla–, pasear por la Puerta del Sol, visitar la Plaza de España, atarse a los arbolitos de la baronesa o presentar candidatura madrileña por la izquierda-centro (y disculpen lo manido de la broma). Sea como sea, lo más interesante que encontré la semana pasada, mejorando lo presente, fue la producción de los juanolas El Rincón de Morterete. Todo un ingenio, respetuoso hasta donde cabe, que consigue desternillar al más duro. Felicitaciones por las dos primeras entregas. Quedo esperando ansioso cualquier otra muestra de un humor que forja la identidad y el carácter de nuestra Villena.

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