Más información sobre los recortes en Educación
En lo que a mí afecta personalmente, como profesor, padre, contribuyente
conocer en qué medida van a afectar a mi trabajo y a la educación de mi hija y mis sobrinos estos recortes, está haciendo que cada día pierda más credibilidad en las medidas anunciadas por la administración valenciana en materia de educación, por eso creo que son necesarias campañas de información a alumnos y padres.
Después de observar en la pasada manifestación del día 21 de enero en Alicante cómo había centros educativos de toda la provincia donde toda su comunidad educativa, padres, alumnos y docentes, se unían en una misma voz, la verdad es que dice mucho de cómo se están cociendo las cosas en otros sitios.
Aunque bien es verdad que en esa manifestación había mensajes dispersos y mucha política implícita y explícita, todos los sindicatos están de acuerdo, como en pocas ocasiones, de que el funcionamiento normal de los centros docentes y la calidad de la enseñanza están en grave riesgo.
Por ejemplo, como profesor y siendo testigo de la gran diversidad existente en el aula y donde los grupos están superando los treinta alumnos, las posibilidades de llegar a cada alumno son bajas. Vamos a suponer que además de eso a un docente le quitan tiempo para poder atender a esos alumnos cuando no da clase al grupo, lo que se conoce como clases de refuerzo, porque le aumentan las horas de clase. Aún peor. Pero si además se eliminaran programas de refuerzo en horas de clase o fuera del horario de clase ya terminaría de ser inviable. He visto como muchos jóvenes con pocas oportunidades para poder sacarse un graduado por diferentes motivos (capacidad, problemas de integración, familias desestructuradas, emigración ) lo han podido hacer, a base de oportunidades y de mucho esfuerzo. A partir de ahora lo dudo. No podemos jugar con lo que afecta de lleno a la propia educación porque lo que la sociedad necesita es precisamente ir en sentido contrario.
Por otro lado, ante esta situación, la implicación y la responsabilidad personal y social del entorno docente puede acortar la brecha que parece haber separado a padres y docentes, obligados a entenderse. Según he observado en los siete centros donde he trabajado, funcionan mejor aquellos en los que la mayoría de padres y madres, su representación en el AMPA, la dirección del centro, el claustro de profesores y el alumnado se comunican bien y se implican para seguir sustentando las bases de una formación integral y académica en sus colegios e institutos, con recortes o sin ellos.
Esa es la buena dirección, porque pase lo que pase, el esfuerzo y la imaginación de todos es lo único que puede contrarrestar esta tendencia.