El miércoles se inauguraba el nuevo Centro Deportivo de Villena tras la polémica suscitada por discrepancias políticas o técnicas y con la incertidumbre de los usuarios tanto de los horarios como de los precios. Una vez en marcha ya las nuevas instalaciones, visto desde fuera y dejando aparte polémicas, tenemos al fin un lugar más donde poder hacer deporte, mejorar nuestra salud, pasar un buen rato o sencillamente encontrarnos mejor.
El aumento del número de personas que hacen deporte en España en los últimos años depende, en buena medida, del incremento de usuarios de tercera edad y de la construcción de piscinas cubiertas en España, según datos del estudio sobre Hábitos Deportivos en España (2010) realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas. Aún así, está demostrado que no sólo la existencia de instalaciones deportivas es algo fundamental para la práctica deportiva de un buen número de usuarios, sino que el éxito o fracaso, que sea rentable o no, que sea útil o no, dependerá de una continua gestión que se adapte a las necesidades, gustos y prioridades de los ciudadanos, tanto de los que ya se han apuntado, como de los que son usuarios potenciales.
Sin entrar a juzgar si los precios, horarios, servicios, recursos humanos son los adecuados, puesto que no conocemos los criterios que llevan a tomar esas decisiones que en la mayoría de las ocasiones tienen un fundamento con el que cualquiera puede estar más o menos de acuerdo, es verdad que la oferta se abre y vivimos en una ciudad, Villena, en la que gracias a la dinamización del sector público y privado podemos decir, que hoy en día, cualquier persona puede practicar actividad físico-deportiva tanto en espacios abiertos como en espacios cerrados más o menos próximos.
Pero siempre hay aspectos que mejorar. Uno entre tantos tiene que ver con la visión de un modelo de ciudad que entienda el municipio como un facilitador de la práctica deportiva: carriles bici, espacios abiertos, deporte en la calle Un modelo de auténtica ciudad deportiva para el que cuando se proponga un proyecto seamos sensibles a esta tendencia de aumento de la actividad física, de ahorro energético, de prevención de enfermedades y promoción de la salud, de conservación del medio ambiente, etc.
Un modelo de ciudad deportiva donde la educación física y para la salud, la educación deportiva y la formación en aspectos básicos de alimentación y nutrición, la promoción de estilos de vida activos saludables, el cuidado del cuerpo y de la mente, sean fundamentales para alcanzar una calidad de vida que tendrá que ver con parámetros socioeconómicos, pero aún más con algo esencial para la vida del ser humano, su propia felicidad.
Por tanto, desde Profesport, consideramos que apostar por invertir en el incremento de posibilidades de práctica de actividad físico-deportiva de un municipio, así como fomentar una alfabetización físico-deportiva de niños, jóvenes y adultos, son líneas de actuación que cualquier persona que sea responsable de un colectivo tiene la obligación de promover y dinamizar, buscando siempre el interés y la proyección en la mayoría de la población.
