Testimonios dados en situaciones inestables

Me he dado cuenta de cómo miras a las jovencitas, pervertido

B.- Año nuevo, vida nueva.
A.- ¿Qué quieres decir con eso?
B.- Bueno, que se puede volver a empezar.
A.- ¿Para qué?
B.- ¿Cómo que para qué?
A.- ¿Piensas que nos va mal?
B.- Yo no he dicho eso.
A.- ¡No me vengas con esas!
B.- No te entiendo.
A.- ¿A ti te gustaría llevar otra vida?
B.- No quería decir eso.
A.- ¿Quizá quieres estar con una más jovencita?
B.- No sabes lo que dices.
A.- Seguro que sí.
B.- ¿Qué insinúas?
A.- Me he dado cuenta de cómo miras a las jovencitas.
B.- Estás loca.
A.- Eres un pervertido. Todos lo sois.
B.- Te estás poniendo en evidencia.
A.- Os damos lo mejor de nuestra vida.
B.- ¿Te he obligado yo?
A.- Y nos lo pagáis así.
B.- ¿Quieres escucharme?
A.- ¡No me toques!
B.- ¡Solo quiero abrazarte!
A.- ¡Ve a abrazar a una de tus furcias!
B.- ¡Estás loca!
A.- Eres patético.
B.- ¡Y me vuelves loco a mí!
A.- ¡Ya quisiera yo!
B.- ¿Te gustaría verme loco?
A.- Completamente enajenado.
B.- Porque lo estás consiguiendo.
A.- ¿Sí?
B.- Y estoy a punto de hacer una locura.
A.- ¿Sí…?
B.- Voy a atarte y a darte unos azotes.
A.- ¿Y con qué?
B.- ¿Qué te parece con esto?
A.- Eres un pervertido; ven aquí.
B.- Pero tienes que ponerte la faldita y dejar que te llame Jenny.

(Votos: 0 Promedio: 0)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba