Me repetían una y otra vez que el demonio vendría a devorarme
Presido una asociación que reúne a gente que ha tenido Experiencias Próximas a la Muerte (en adelante EPM). Somos un grupo heterogéneo, nutrido de personas de todo el mundo y de todas las clases sociales y culturales, y hermanado sobrenaturalmente por haber sobrevivido a azarosas experiencias individuales de acercamiento brutal a la extinción. Mi caso es uno más, ni el más triste ni el más traumático. [Pausa]
- Nací en un sótano, y mis padres me ocultaron al mundo para preservarme de las tentaciones del demonio y las maldades de la gente. Muy pronto empecé a sufrir abusos por parte de ellos, tanto psicológicos como físicos, siendo estos últimos actos de violencia (pequeños cortes, dedos fracturados, quemaduras
) y todo tipo de prácticas sexuales. No me enseñaron a leer, y mi única educación consistía en la memorización de largos pasajes describiendo catástrofes apocalípticas (que mis padres me leían con voz de opositores a profeta en un examen oral) y en la inculcación de que debía pensar limpiamente o el demonio vendría a devorarme. Aquella salmodia diaria estaba aderezada de continuas palabras de amor hacia mí, de modo que asimilé todas sus amenazas y vejaciones como la manera habitual de querer. De esta forma, y por lo que yo entendía como amor, soñaba que les pasaban cosas horribles a mis padres, y que aquellas pruebas de santidad que yo les ofrecía me convertían a sus ojos en una hija agradecida y perfecta. Sobre todo me repetían una y otra vez que cualquier noche vendría el demonio a devorarme. Ese era (y todavía es) mi terror predilecto, y esa fue mi vida durante treinta y dos años. Hasta que un día aparecieron unos monstruos con la cara tapada y voces de ultratumba (que me paralizaron el corazón porque creí que la profecía se estaba cumpliendo) y me liberaron al grito de ¡Qué Horror! ¡Qué Horror! al ver mis innumerables cicatrices y mi apariencia salvaje arrasada por una expresión de pánico.
[Pausa]
- Nuestra asociación es todavía joven, pero hoy hemos dado un gran paso en nuestra normalización al inaugurar este parque temático sobre las EPM. Cualquier persona, a cambio de una cantidad de dinero razonable, puede acercarse a nuestras experiencias y vivirlas en primera persona. Se acabó pensar Cómo Será al verlas por la televisión. Aquí pueden sufrir catastróficos accidentes de avión, de tren o de automóvil; o someterse a todo el angustioso proceso médico de una enfermedad terminal; o ser secuestrados por fanáticas bandas religiosas y padecer la humillación y el desprecio; o esconderse en un armario mientras oyen al alumno raro y callado de la clase acercarse por el pasillo disparando a todo el mundo; o quedar atrapados en edificios en llamas; o pasar una semana sepultados bajo las ruinas provocadas por un terremoto. Pero la estrella del parque es el llamado Sótano del Consuelo (en un hábil juego de significados). Ahí, en el más siniestro aislamiento, pueden sentir en su propia carne todo el amor del mal, producido por sus familiares más cercanos. Usted elige el periodo de tiempo: una semana, un mes, un año. Tarifas especiales para grupos, y los niños a mitad de precio.