Los rusos comienzan con los bombardeos y está rondando una probable guerra europea que -cruzo los dedos- llevaría a otra a gran escala, o sea, mundial. Sí, desde que el hombre constató que dando más fuerte con la cachiporra a otro igual alcanzaba sus propósitos, no ha cesado de guerrear ni para ir al tigre a echar un meo. Por nimios que fuesen los motivos, siempre a la gresca. Y si no los hubiere, pues se inventan y ya está.
Afirmó Putín: “No habrá vencedores”, y con ello creo que quedó explicada la cuestión. Pretende usar, o eso da a entender, el armamento nuclear o, en su defecto, armas de destrucción masiva. Me da en la nariz que al hombre este el vodka no le sienta nada, pero que nada bien.
Es sabido: En una guerra nunca hay, ni ha habido, vencedores. A quienes les ha tocado vivir una, en mayor o menor medida, han perdido. Unos el sentido común, el raciocinio, la humanidad, la dignidad…, y otros lo más preciado: la vida. Y si el asunto se retuerce aún más podríamos perder hasta donde vivir, esto es, el propio planeta.
Por ardor guerrero, hay hasta guerras políticas. Un partido muy relevante se ve sumido en un guirigay de tres pares. Se abrió la caja de Pandora, saliendo a relucir un presunto caso de corrupción, otro a añadir al álbum coleccionable. Se juegan el gaznate, la presidenta de la CC.AA. de Madrid y el mismísimo presidente de dicho partido inclusive. Bueno, con este no contemos; pues se las va a pirar “voluntariamente”, oséase, cuando lo echen.
Corre el rumor de que un hermano de la presidenta cobró, ilegalmente, una comisión por un pedido de mascarillas. Ella afirma -tonta no es- que nanay del Paraguay, y que todo es legal, aportando -como buena hermana- pruebas que, dice, así lo demuestran. Dimitir ya es otro cantar.
En cuanto al presidente, hay dedos que lo señalan como quien contrató a un detective privado para que se subiese a los talones de dicha presidenta, dando cuenta de “sus pasos”; a lo cual -este tampoco es tontaina- el interfecto alega que se trata de un ful de Estambul. “¡Habladurías!”, que diría un colega mío.
Ignoro qué más pasará y ni me deja insomne, pero harticos estamos de tanta mandanga y de tanto consentir que metan la zarpa en unos dineros que, por cierto, no les pertenecen a título personal. A esto se le ha denominado desde tiempos inmemoriales robar, con todas las letras.
Vayamos ahora a Alicante. Allí el alcalde, y aquellos que le ríen las gracias, por medio de una ordenanza -conocida ya popularmente como “de la vergüenza”- le declara la guerra al pobre. No a los pobres “de profesión”; sino a los que se sientan donde buenamente pueden con un cartel que pone “Dame argo” o por el estilo. “Aterrador delito” que conlleva una multa de ¡3.000 euracos! Así van a paliar la pobreza, atacando al débil. ¡Habrase visto despropósito!
La realidad es cruda: Estos mandatarios -en las fotos de la Romería salen hechos un pincel- van desde siempre en contra del pobre, que por las razones que sea estorba. Pues bien, no creo que estas actuaciones fuesen muy del agrado de aquel a quien tanto veneran, y cuyo crucifijo -en oro, por supuesto- lucen orgullosos colgado del cuello. ¡Pobres se tenían que volver!
Cuidado hay que llevar, en esta población, de sentarte en un banco ya anochecido y quedarte frito a causa de una buena cena o haber trasegado vino en demasía, pues por sobar en la calle la púa asciende a 750 napos. No sé, ni me viene a la cabeza, cómo piensan tan ‘ilustres gobernantes municipales’ cobrar a los pobres semejante barbaridad. Dada la catadura demostrada… ¿En carne tal vez?
Y como ‘más vale monedero vacío que cabeza hueca’, este que lo es se va -ya que de guerra hablamos- a tomarse un buen ‘tanque’ de fresca cerveza. Lo dicho, desnudos venimos al mundo y de él nos vamos con lo que nos quieran vestir, no hay más tutía. Hasta más poder ver. ¡Au!
Por: Tony Piojo