Mi ilusión, mi esperanza… Encontrar trabajo
Con este título quiero escribir unas letras con las que expresar, en estos momentos tan duros, la situación por la que estoy atravesando en mi vida personal. Es lunes, suena el despertador y nos disponemos a empezar un nuevo día de colegio para mis hijas y de trabajo para nosotros, los padres, pero esta vez con una salvedad: yo no tengo trabajo, lo perdí hace casi tres meses y desde entonces no he encontrado nada.
Comienza la lucha diaria de ir a buscar empleo, de hablar con gente que te conoce y también con personas a las que no conoces, de ir a las empresas donde trabajé anteriormente y a todas las empresas de tu ciudad y de la comarca y entregar currículos, muchos currículos, apuntarme a ofertas de trabajo por internet en portales como Infoempleo, Infojobs, etc., en los que la media de personas apuntadas por oferta llega a ser de 250 para un solo puesto de trabajo, aunque en otras son casi 900 personas, y pasa el día, pasa la semana y la situación no mejora, es decir, no hay trabajo y comienzan a aparecer la desesperación, la tristeza y el abatimiento por no encontrar nada. Yo no quiero estar cobrando el paro y en mi casa, yo deseo y quiero trabajar.
La semana pasada me salió una oferta en Alicante capital. Me presento y me dan buenas expectativas, pero el viernes me dicen que el puesto se lo queda un Director de Banco, que como por las tardes no tiene nada que hacer pues le viene bien realizar dicho trabajo. Algunas personas tienen más de un trabajo y otras como yo, que por desgracia somos muchos, seguimos sin ninguno. Qué le vamos a hacer.
Hay momentos en donde aparecen e intervienen factores positivos que te hacen luchar y pelear y no perder la esperanza de poder encontrar ese puesto de trabajo ansiado, esa ilusión de cada día, y eso sucede cuando tu familia no te deja ni a sol ni sombra y están contigo para lo que necesites, pero también están los amigos, los buenos, los de verdad, los que están a tu lado en estos momentos tan difíciles, los que te llaman habitualmente, te muestran su apoyo moral e incondicional y se ponen en tu pellejo y te dan ánimos y esperanza, y sientes que no estás solo en esta aventura tan dura. Eso es de agradecer, son unos minutos, quizás unos segundos, que hacen que te sientas arropado y no te encuentres solo.
Pero hay momentos en los que aparecen los factores negativos, como puede ser las noticias de los periódicos, de la televisión, en internet, informando de la situación en la que nos encontramos actualmente, y es que la mayoría de las noticias que dan son los continuos despidos de compañeros míos, que se van encontrar en mi misma situación o quizás peor, pues hay que afrontar pagos de hipoteca, de coche y, cómo no, el gasto de poder comer en el día a día, y el gravísimo problema que supone no tener dinero para poder afrontar dichos pagos.
Para terminar esta carta simplemente me gustaría decir que, en los 20 años que llevo en mi vida profesional como Administrativo-contable, gracias a Dios, sólo había estado parado en periodos cortos, no tan largos como el que llevo actualmente, y no había vivido una situación como la que les he relatado. Espero de todo corazón que mi próximo escrito sea diferente, tanto para mi persona como para el resto de personas que en estos momentos tan duros están en mi misma situación. Ánimo a todos.