Miguel Valera: una vida dedicada al calzado
Desde los 9 años, la vida de este villenense ha ido ligada a la industria zapatera, algo que le ha permitido mantener su empresa a la vanguardia de la producción del calzado infantil y le ha hecho merecedor de un homenaje por parte del Museo del Calzado de Elda. Hoy viernes el fundador de Calzados Gulliver y otros diez trabajadores y empresarios del calzado recibirán un merecido reconocimiento en el Teatro Castelar de Elda.
Este villenense, nacido en 1935, llegó a la industria del zapato por circunstancias de la vida, como él dice, ya que su padre que era agricultor falleció cuando el tenía sólo 3 años y él tuvo que dejar el colegio para ayudar en casa poco después. Así, a los 9 años comenzó a trabajar en el calzado, pero no fue hasta los 19 años cuando siendo montador y junto a un cortador de piel probó a crear unas muestras de zapatos. Pero debido a sus escasos recursos tuvieron que buscar un socio capitalista que puso las 40.000 pesetas que necesitaban para empezar.
Valera nos explicaba con nostalgia el nacimiento de la marca Gulliver diciendo que en sus inicios fabricaban calzado infantil hasta la talla 26 y por eso buscaron algún cuento en la vieja imprenta Doña Gloria. Y en la portada del libro de Gulliver encontraron la inspiración, usando desde entonces para su marca la imagen del gigante con un pequeño zapato en la mano. Años más tarde, ya en 1965 Miguel Valera se quedó como único socio de la empresa y así ha seguido hasta que en 2002 sus hijos, Miguel y Mª Dolores, asumieron la gerencia de la empresa. No obstante, él sigue vinculado a la empresa y todos los días acude a supervisar el negocio.
En cuanto al homenaje del que va a ser objeto hoy por parte del Museo del Calzado de Elda, Valera afirmaba que para él se un orgullo y se sentía muy agradecido por recibir este reconocimiento en estos tiempos de crisis para el sector del calzado. Sobre la situación de esta industria, Valera reconocía que es bastante mala, ya que el calzado asiático ha invadido el mercado a nivel europeo y tal vez con el tiempo se arregle un poco, como dicen algunos. Sin embargo, él no es muy optimista y no le ve muchas soluciones y asegura que desde las administraciones públicas no se está haciendo gran cosa por esta industria. En su caso concreto, Miguel aseguraba que los clientes que tenían en países extranjeros como Bélgica, Inglaterra o Francia se están perdiendo pues prefieren comprar el calzado de Asia, más barato. Aún así, Valera se reafirmaba en que el calzado producido en la mayoría de empresas de Villena es muy buen calzado, el mejor del mundo.
Sobre el futuro de Calzados Gulliver ante esta perspectiva, Valera indicaba que no sabía qué podía ocurrir, ya que en estos momentos tiene menos trabajo que en años anteriores, pero intentarán aguantar como han hecho hasta ahora. Y es el que el trabajo es el secreto del éxito que ha tenido a lo largo de su historia Gulliver, eso y el ser serios y cumplidores con sus clientes.
Preguntado acerca de la escasa celebración este año de la festividad del patrón de los zapateros, San Crispín, el empresario manifestaba que es una lástima que así haya sido y deseaba que en años posteriores los empresarios y trabajadores se animen un poco y se vuelva a vender pañuelos para recaudar fondos destinados a la fiesta.