Mirar para otro lado
No sé si se habrán dado cuenta, pero en nuestra ciudad, desde hace ya varios años se vienen concentrando un grupo de mujeres y de vez en cuando algún hombre contra la violencia hacia las mujeres. Primero se reunían semanalmente siempre que durante la semana se hubiera producido alguna muerte; posteriormente, decidieron realizar las concentraciones los últimos sábados de mes, porque por desgracia en ese periodo de tiempo no había dudas: se había producido no una, sino varias víctimas mortales. Y así se sigue haciendo. El lugar elegido para la concentración por si alguien no ha reparado en ello es el jardincito de la Puerta de Almansa. Allí se muestran desde una pancarta alusiva al tema, hasta los nombres de las últimas mujeres asesinadas a manos de sus parejas o ex parejas.
La intención al llevar a cabo estas concentraciones era y sigue siendo llamar la atención sobre la violencia de género masculino. Violencia que, en su grado extremo lleva a demasiados hombres a acabar con la vida de unas mujeres a las que ya no pueden controlar. Pero la intención también era y sigue siendo que al pequeño grupo inicial se fueran sumando más personas, y es cierto que alguna se ha sumado, otras, las menos, se paran y entablan un pequeño diálogo con las reunidas. Algún hombre bienintencionado se enzarza en una discusión sobre la violencia, argumentando que también existe contra los hombres, cuando él sabe que por más que quiera convencer no es lo mismo. Pero la mayoría de las personas cuando pasan miran para otro lado o si miran lo hacen de soslayo. ¿Miran para otro lado porque unos y otras no quieren que se les identifique ni con los maltratadores, ni con las maltratadas? ¿O será porque el tema no les interesa?
Y por si fuera poco la crisis económica se lleva por delante el Ministerio de Igualdad ¿Qué por qué éste y no otro? Pues porque parece que al final el Presidente del Gobierno ha mirado para otro lado, ha hecho caso del Partido Popular y de los sectores más reaccionarios de la derecha que venían diciendo desde su creación que era el ministerio de igual da. Pero no da igual, y no es la crisis económica la causa de la supresión de un Ministerio que sólo representaba el 0,03% de los Presupuestos Generales del Estado, sino que ha sido otra claudicación más del gobierno a la caverna más rancia de nuestra sociedad. Se comenzó con la supresión del Instituto de la Mujer de Castilla-la Mancha, le ha seguido el Servicio Gallego de Igualdad, el Instituto de la Mujer de Murcia y ahora, el Ministerio de Igualdad. No da igual que la Igualdad tenga rango Ministerial a que no lo tenga y para más INRI se incluya en el Ministerio de Sanidad y Políticas Sociales en una grotesca vuelta al pasado, porque las personas que trabajamos por la igualdad entre hombres y mujeres, que yo sepa ni estamos enfermas ni somos un grupo social.
Por otra parte y continuando con la indiferencia que nos caracteriza para todo aquello que no sean las Fiestas, no sé si se habrán dado cuenta, pero en nuestra ciudad hay acuerdos del Pleno Municipal que no se cumplen desde hace ni sé ya cuanto tiempo. Y yo me pregunto: ¿El Pleno no es soberano? ¿Por qué no se cumplen esos acuerdos? Pero claro eso lo planteo yo y unas pocas personas más, la mayoría giran la cabeza y miran para otro lado.
Tenemos un Ayuntamiento que supera las creaciones de algunos autores de comedias y vodeviles. Con una puesta en escena impecable, en el último Pleno se superó a sí mismo: el mini equipo de gobierno con la alcaldesa al frente se obstina en hacer cumplir la legalidad a una concejala ex-compañera insurrecta, cuando ella misma no la cumple; con unos grupos de oposición que asisten estupefactos a la representación y se unen a la concejala expulsada del Pleno, no sé si en solidaridad con ella o en desacuerdo con la actuación de la alcaldesa. Es casi imposible que de todo esto la ciudadanía no se haya dado cuenta, pero me da que seguirá mirando para otro lado como si aquí no pasara nada.
De que Villena huele mal estoy segura de que sí se han dado cuenta, pero no pasa nada: nos tapamos la nariz y miramos para otro lado. Seguramente también habrán oído que van a llegar más basuras del norte de Castellón, basuras que amenazan con filtrarse hasta los acuíferos y contaminarlos, eso si no lo están ya y no nos hemos enterado, que como la información es poder ya se sabe: quien sabe, sabe y quien no sabe es como quien no ve; y ojos que no ven pues eso. Y lo que es todavía peor nos la podemos comer o quizá ya nos la estamos comiendo, ¿seguiremos mirando para otro lado?
Fdo. Rosalía Sanjuán Ayelo