Mis hijos estudian en el Ruperto Chapí (carta al director)
Tengo dos niños que están estudiando en el CEIP Ruperto Chapí, uno en infantil y otro en primaria, y estoy verdaderamente estupefacto por lo que estoy oyendo hablar en la calle así como comentarios en foros de medios de comunicación. Ha sido una verdadera sorpresa escuchar la propuesta del cierre de la línea de 3 años y, como todos tenemos claro que supone a medio plazo, la desaparición de un colegio público de esos que no iban a tocar al cerrar Canal 9, obligando a alegar en fechas no lectivas, con lo que se dificulta tanto la movilización de los padres como la realización de informe o lo que haya que realizar.
Ante esto, ingenuo de mí, daba por supuesto que la respuesta unánime de la comunidad educativa iba a ser en contra de este acto despreciable, con movilizaciones y una oposición frontal inamovible. Pues no, ante mi estupefacción llega a mis oídos por miembros del AMPA del CEIP Joaquín María López, en el mismo tono que lo leído en foros por lo que supongo que el origen de estos comentarios es el mismo, que ante este ataque sucio y rastrero de la administración de Fabra no se les ocurre nada más a los de este colegio que decir: a nosotros no, que le quiten la tercera línea al Chapí.
Pero señores, seamos serios, ¿es acaso el Ruperto Chapí el origen de la baja matriculación en su colegio? Pues no. No soy nadie para decir nada respecto a quién o qué casuística conllevan a que no se matriculen niños allí, pero sí que puedo hablar de mi colegio y que toda Villena sepa qué es el Ruperto Chapí.
Cuando fui a matricular a mi primer hijo la gente me decía: ¿vas a llevar a tus hijos al Chapí, con los inmigrantes y gitanos que hay? Y yo les decía: ¿acaso es mejor apartarlos de la realidad social existente y negarles una riqueza cultural? ¿Es que acaso la integración, la tolerancia, el respeto, la interculturalidad, no son valores de nuestra sociedad, a respetar y divulgar? Pues señores, no es que en nuestro colegio no nos los creamos, es que lo practicamos: somos el colegio de Villena que, con diferencia, mayor labor de integración y cohesión social realizamos, más normalización conseguimos de colectivos desfavorecidos y mayor riqueza cultural disponemos.
Y eso, con un clima perfectamente normalizado, donde conviven niños de las más diversas condiciones sociales, religiosas y culturales, compartiendo y formándose con un gran nivel académico, para darle las mismas oportunidades y derechos a todos, tal y como reza en nuestra Constitución. Y esto se pone en peligro al quitar esta tercera línea, porque esta labor se está haciendo con el esfuerzo de una dirección y un profesorado que van más allá de sus obligaciones y a los que quiero agradecer públicamente su esfuerzo. Y eso maximizando unos recursos poco menos que insuficientes para las necesidades existentes.
La desaparición de esta línea conllevará que dejen de entrar unos 15 a 20 niños, los cuales se desplazarán principalmente al Ntra. Sra. de los Dolores y Salesianos, colegios concertados. Estos niños serán mayoritariamente de familias sin problemas sociales y normalizadas, aumentando en nuestro colegio a un ratio de 30 niños y con un porcentaje de necesidades que entonces el centro no podrá cubrir, perdiéndose la capacidad integradora que con mucho esfuerzo se está consiguiendo. Y Villena no se puede permitir el lujo que el Ruperto Chapí deje de realizar esta función socializadora y normalizadora, y que no se integren esas familias, siendo dramático para el conjunto de la ciudad.
Tras exponer la realidad de nuestro colegio ahora me dirijo al Joaquín María López y les digo: Señores, pensemos con cordura, nosotros no somos ni la causa de su problema ni su solución, ya que por distancia y desnivel (esta es la zona más baja de Villena y su colegio en la más alta) no somos la zona de competencia de matrículas. Observen quien ha provocado este conflicto y quien se beneficia con ello: la Consellería de Educación que quiere recortarnos más y más.
No cometamos la torpeza de que quitemos la 3ª línea del Chapí para salvar al Joaquín María López y, si no sube la matriculación allí, consigamos no mantener a un colegio y, encima, perdamos otro.
Unamos esfuerzos, no nos enfrentemos, y que se consiga una solución que sea la mejor tanto para nuestro centros como para el conjunto de la ciudad.