Mocos por babas
No hay que ver los fines como meta, sino como comienzo para conseguir otros retos
José Joaquín de Larriva y Ruiz, escritor y clérigo peruano, periodista satírico, ante los nuevos regímenes que surgían en Hispanoamérica tras la independencia sintió –no sin titubeos a favor y en contra de los mismos– que apenas nada cambiaba entre el absolutismo metropolitano de Fernando VII y la autocracia de las repúblicas nacientes como la de Simón Bolívar. Así lo denunció en octosílabos; versos en décima:
Cuando de España las trabas / en Ayacucho rompimos, / otra cosa más no hicimos / que cambiar mocos por babas. / Nuestras provincias, esclavas / quedaron de otra Nación. / Mudamos de condición, / pero sólo fue pasando / del poder de Don Fernando / al poder de Don Simón.
La percepción del poeta peruano es un ejemplo lampedusiano. Otro más en la historia. Por lo que si lo aceptamos como lección, nos insta a no ver los fines como meta, sino como comienzo para conseguir otros retos. Para conseguir, si es posible, que lo que queremos cambiar verdaderamente cambie. Y que el cambio no se quede en mocos por babas. O babas por mocos.
Claro y conciso.
Gracias, Pepa:
Cuando pensé en esta sección -Cita con las citas- pensé en que fueran breves; cien o ciento cincuenta palabras.
Una espontánea reflexión a partir de una cita.
Luego sale lo que sale.
Unas veces más breve, otras veces más extensa.
Unas veces más afortunadas; otras, desafortunadas.
Gracias, en todo caso, por atender mis escritos.
Salud y saludos.
My interesante, le estaba contando a mi esposa como mi made solia usar la frase. Nunca me imagine que provenia de un poema.