Hasta donde yo conozco

Monicacos y monicacas

Se lo oía a muchas personas mayores cuando yo era un crío. Aun no sé si es un localismo, pero definía bastante bien la personalidad, o mejor la nula personalidad de quien resultase destinatario de la palabrita. Y digo nula porque hacer lo contrario de lo que se piensa, o de lo que se sabe como correcto es perder la credibilidad.
Para mí la integridad es fundamental. Y la crítica, que es análisis y mejora. Y ya está bien de ignorar la crítica y la autocrítica y marear la perdiz con gilipolleces como el asuntito de los morros de la Ministra Dña. Leire, el nuevo próximo partido del siglo o las amorales declaraciones sobre ETA de Felipe González, que lo único que pretenden es alejarnos de la critica social, política y económica cuando hay familias enteras a las que les cortan la luz o no pueden salir del supermercado con una cesta de la compra medianamente decente. O cuando a un pensionista, con una pensión que da vómito por lo precaria, se le anuncia que se la congelan. O cuando hay personas que buscan su sustento en los contenedores de la basura. ¡Pero en que país vivimos! ¿Por qué no salimos a la calle a decir basta ya? ¿Qué o quien lo impide? ¿Dónde están las fuerzas sociales?

Ya se habrán percatado de que hoy estoy cabreado. Me gustaría saber por qué están mudos todos aquellos saltimbanquis que con tantas risas nos ofrecían una imagen de ZP pretendidamente graciosa haciendo la forma de una ceja con su dedito ¿Por qué ahora están mudos los Bardenes, y los Almodóvares, y los Sacristanes, Víctor Manueles, Ana Belenes y demás tropa? Porque son ellos los que ayudaron a aupar a quien está, como decía Alfonso Guerra, dejando a España que no la va a conocer ni la madre que la parió. Vale que le auparan si lo consideraron capaz. Pero ahora, ya demostrada su incapacidad y torpeza, se hacen cómplices con su sostenido silencio.

España está vilipendiada por los mercados financieros, forzando a doblar el tipo de interés de la emisión de nuestra deuda. Pan para hoy y hambre para mañana. Llegando al contagio de la pérdida de la confianza de inversores, tras los rescates de Grecia e Irlanda. Chantajeada por un morito, que se dice primo de nuestro Rey. Y a todo esto, en este circo que se llama Gobierno, persiste el gracioso clown ZP pidiéndonos compresión, paciencia y una sonrisa.

Y a mí me han subido el IVA, el gasoil y el IPC perdiendo todos los meses poder adquisitivo. Y me van a robar dos años de mi vida, ya que me van a obligar a trabajarlos si quiero optar a una pensión. Y ya veremos si, después de esos dos años, la tengo segura. Y en sanidad me van a recortar la dosis de mis pastillas (que me parece bien), pero no antes de eliminar a tanto chupóptero a las sombras de los gobiernos de turno y más el de este. Y me suben la luz un 20% y nadie nos dice que las eléctricas, además de facturarnos la que consumimos, nos cargan además la que ellas pierden en su vieja y obsoleta red de distribución, otro 20%.

Así que hoy tengo que decir que los Zapateros y Jaúreguis, los Pajines y Rubalcabas, los Gómez y Aguilares, los Jiménez y Salgados, y el resto de la tropa, lo que creo que son, una panda de dañinos gestores en el futuro de España. Y no es que yo sea un irreverente, es que ellos han dilapidado su crédito.

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