El verano es un momento ideal para conseguir relajarnos y bajar un poco el ritmo. Sin embargo suele ser un mal momento para nuestros dispositivos móviles, porque están en riesgo de sufrir más daños.
Ya se sabe, el móvil nos suele acompañar a la piscina, la playa o el campo, y no siempre regresa en las mejores condiciones. Por eso nunca está de más seguir unas pautas para que los tengamos siempre en buen estado:
‑ Evita el sol. Los aparatos llevan muy mal el calor, de hecho dejan de funcionar si se sobrecalientan. Si lo dejas al sol y no funciona, quítale inmediatamente la funda y el cable de carga si está infectado y ponlo a la sombra. Cuando pase un buen rato seguramente puedas volver a conectarlo y debe encender sin problemas.
‑ Y el agua... el gran enemigo de cualquier aparato. Puede que te tires al agua con el móvil en el bolsillo. Si esto ocurre, apágalo y quítale la batería si esto es posible. Sécalo con un paño y mételo en arroz, que tiene propiedades higroscópicas, durante 48 horas. Si tienes suerte, volverá a funcionar. Lo más adecuado si tienes un teléfono de gama alta y no te quieres privar de la playa o de hacer barranquismo, es sopesar tres opciones:
1. No llevártelo a este tipo de sitios. Y sí, se vive muy bien sin teléfono durante unas horas. Es un gran ejercicio mental.
2. Comprarte un teléfono muy básico para estas cosas, los encuentras por muy poco dinero y suelen ser resistentes.
3. Llevarte tu flamante teléfono de gama alta a todos sitios, pero habiendo contratado un seguro que cubra este tipo de riesgos. Cuidado, no todos los seguros cubren daños por agua ni hurtos, lee bien la letra pequeña antes de contratar.
