Mucho, mucho ruido
El jueves terminé de trabajar y estaba ilusionado. Otras veces estás cansado, pero ese día el cansancio se quedó a un lado. Actuaba Pedro Guerra en Villena. Le he seguido bastante, no tanto como al maestro Sabina, pero sé de sus canciones, de su poesía, de sus composiciones para otros grandes artistas (tanto nacionales como internacionales).
¡Pedro Guerra tocando en Villena!, y gratis, que tal y como están las cosas, es de agradecer.
Pero cuando me enteré que el recital era al aire libre dudé. Yo tuve la ocasión de ver al cantautor tinerfeño hace muchos años en el Teatro Principal de Alicante, y fue una actuación memorable. Como la de ayer, pero sin ruido de coches pasando por detrás del escenario, ni de trenes de corto y largo recorrido, ni de niños correteando entre las sillas de plástico, ni comentarios de los que ni les iba ni les venía quién estaba sobre el escenario: ¡Quedamos el sábado para preparar unas gachasmigas!, decían unos. ¡Yo creo que Del Bosque tiene que poner a Torres!, apuntaba otro.
Si a todo unimos que Guerra, ya de por sí, es un tipo pausado, que habla flojo, que el sonido no era del todo bueno, más que nada por la acústica, y que yo estaba entre las últimas filas, el resultado: un gran concierto del músico que hizo lo que pudo sobre las tablas (incluso llegó a comentar que nunca había cantado rodeado de tantos mosquitos) y una reflexión en voz alta para los organizadores del evento.
Señores, ustedes se imaginan a ACDC, Scorpions o Siniestro Social tocando en el escenario del Teatro Chapí, es decir, dentro. ¿A qué no? Pues yo tampoco. Pedro Guerra debería de haber actuado en un recinto cerrado, donde la acústica permitiera al público disfrutar de sus letras, de su poesía, de canciones míticas como "Contamíname" o "Debajo del puente", y no estar pendientes del perro por si se le ocurría levantar la pata y dejarte un mal recuerdo mientras el niño de detrás no dejaba de darme pataditas en la silla o escuchando comentarios sobre la mala gestión de no sé qué político. Pero yo estuve allí, y por lo menos vi a Pedro Guerra, por que escucharlo, lo que se dice escucharlo, me costó horrores.
Fdo. José Manuel Penadés