Ni se compra ni se vende
Tras el llamamiento realizado por la Asociación de Afectados por el parking a través de los medios de comunicación, tras la invitación cursada tanto por Partido Popular como por Iniciativa Independiente, tras la campaña de incendiarios mensajes SMS y tras tener a la fragoneta de vender melones dándonos el coñazo con su megafonía durante día y medio por las calles de Villena, no cabía otro resultado: por lo menos 200 vecinos (300 según las fuentes más optimistas) se dieron cita en el ayuntamiento el pasado jueves. Un exitazo de convocatoria, para empezar.
Tan descomunal aglomeración de gente dio en todo momento una grandiosa muestra de educación, etiqueta y saber estar, respetando de manera elogiable el derecho a expresarse de los legítimos representantes políticos de los ciudadanos de Villena y recordándonos otro glorioso capitulo la reunión de verano en la Casa de la Cultura que ya ha pasado a formar parte, por derecho propio, de la más reciente y destacada historia villenera.
La guinda a tan edificante espectáculo retransmitido para mayor gloria a toda la comarca por Televisión Intercomarcal y a toda la comunidad por Canal 9 y Radio 9, cuyos periodistas estaban literalmente alucinados con lo vivido en Villena la ha puesto, para variar, un cobarde que amparado en el anonimato se ha dedicado a lanzar amenazas de muerte al concejal José Ayelo a través del móvil, situación que ha acabado en denuncia ante la Guardia Civil. A ver si nos enteramos pronto de quién ha sido para ponerle cara, nombre y apellidos a la infamia.
Como acertadamente dijo el propio Ayelo durante el Pleno, cualquier equipo de gobierno elegido en las urnas tiene el derecho de llevar a cabo sus proyectos se pongan como se pongan la oposición y los vecinos. Y el refrendo o el rechazo a esas decisiones se comprobará en las urnas, que a la postre es lo único que vale. Mientras tanto, sólo queda una opción respetable, que no es otra que oponerse a dichas medidas mediante todos aquellos mecanismos que el Estado de Derecho y la ley permiten: mociones, escritos en prensa, protestas ciudadanas, demandas o recogidas de firmas, por ejemplo. Lo demás, es decir, los gritos, los insultos, las acusaciones infundadas y las amenazas no son más que pataletas de quienes, pudiendo tener argumentos válidos, los pierden al mismo que tiempo que pierden la compostura. No por mucho gritar se tiene más razón.
Y no por acusar en público a los gobernantes de cometer ilegalidades se convierten en verdades estas acusaciones, señora Lledó. Si usted o cualquier otra persona, en su legítimo derecho, creen que estos proyectos están vulnerando el PGOU o la Ley Urbanística Valenciana, váyanse al juzgado y denúncienlo, que para eso están los tribunales. Mientras tanto, no nos quedará otra que pensar en aquello del difama, que algo queda y confiar en la profesionalidad y la ética de los trabajadores municipales, sean funcionarios o contratados.
Porque en los plenos se dicen muchas tonterías, señora, sobre todo desde que se retransmiten por televisión. Y si de chiste fue ver a Ayelo hablando de mayo del 68 y de las minifaldas para justificar el parking, no menos patético resultó ver a Lledó diciendo con cara angelical aquello de que el agua es como el cariño verdadero, que ni se compra ni se vende, o a Tortosa casi dándole la razón. Aunque a lo mejor es cierto, porque resulta que el agua se extrae de los acuíferos de Villena, sale de nuestro término, se distribuye por la provincia y se subasta al alza para mayor lucro de los intermediarios en lugares como Novelda. Pero venderse, lo que se dice venderse, se ve que no...