No cambié, no cambié…
Desde tiempos inmemoriales, hemos sido los españoles un pueblo dado a pasar de la risa histriónica al llanto en segundos. Los mismos que aupaban a los Borbones frente a un rey francés impuesto por la fuerza, poco tiempo después renegaban del mismo. Goya, pintaba en colores maravillosos y pasaba a unas pinturas en blanco y negro en un plis plas y así, ejemplo tras ejemplo, en esta España carpetovetónica de ruedo y sacristía, tal y como la definió Machado.
Un 24F de hace ya muchos años, el Rey era casi que el héroe de toda una España que se había salvado por pelos de caer de nuevo en una dictadura. Se celebraban sus gestas deportivas. Se le tachaba de campechano, de cercano al pueblo y tanto Felipe González, como Carrillo, como Fraga, glosaban al rey de manera positiva y alababan el que fuera quien supo traer la democracia a los españoles, favoreciendo un cambio de régimen que, salvo a los nostálgicos, a todos gustaba.
Hoy y ya pasados los años, un yerno del Rey ha salido rana (como si fuera el único al que un yerno le haya salido rana). La diferencia está en que lo que para un ciudadano de a pie no deja de ser una pequeña desgracia, en nuestro Rey se ha convertido en todo un magistra exercitium de acoso y derribo a la Monarquía.
Al Rey le debemos el cierre de negocios que han sido y son muy importantes para España y no solo las fotos de los veranos en Marbella. Ese Rey que le soltó al dictador Chávez el famoso por qué no te callas, que tan celebrado fue por todos, es el mismo Rey que tenemos ahora. Lo que pasa es que es muy fácil dejarnos llevar por campañas orquestadas por una izquierda que, estando en sus momentos más bajos, debe desviar la atención hacía cualquier tema, con tal de intentar hacer que su vía crucis pase lo más disimulado posible.
Con respecto a la Infanta, me consta y creo que así debe ser, que el Rey hace y hará todo lo imposible por defenderla y ayudarla. ¿Qué padre no hace esto por una hija?, creo que todos lo hacemos y el Rey, como padre, no ha de ser la excepción. Lo de Undargarín es otro tema. Es el tema de un sinvergüenza que se ha aprovechado de su pertenencia a la Familia Real para medrar en su propio beneficio y es que si, como dice el dicho popular, a las suegras las regala el diablo, creo que los yernos muchas veces, salen del mismo saco.
Así que, desde aquí, pido públicamente que vuelva la equidad y la razón a nuestras cabezas y seamos capaces de ver que tenemos, si no la mejor, una de las mejores monarquías del mundo, que tenemos un Rey que siempre se ha mostrado al servicio de los españoles y no hagamos el caldo gordo a aquellos que nunca han sido ni serán patriotas, sino más bien rompepatrias y capaces de intentar aprovecharse hasta de un pequeño accidente familiar que ha tenido el Rey, nuestro Rey.
Fdo. Fernando García A.