No hay quien se salve
La verdad es que todos los días hay noticias que son reiterativas pero con distintas personas. Esta semana ha saltado a la palestra la posible imputación de Luis Diaz Alperi y Sonia Castedo, ex alcalde y regidora actual de Alicante, por el caso de la modificación del PGOU a favor del empresario alicantino Enrique Ortiz, ya que el juez observa un presunto delito urbanístico.
Cuando no son pitos, son flautas, pero lo que está claro que siempre hay algún político, de los cerca de cuatrocientos cincuenta mil que viven en nuestro país de este oficio, que está imputado en algún asunto turbio a favor de intereses particulares o personales. La realidad es que las personas somos ambiciosas y parece ser que en muchas ocasiones la fuerza del bienestar que puede producir el don dinero, es superior a cualquier otro valor moral o ético.
Luego dicen que a la clase política se le está tratando mal por parte de la ciudadanía. La verdad es que estamos cansados de tanta corrupción por parte de servidores públicos que han sido puestos en estos lugares de poder para gobernar y administrar con honestidad las distintas administraciones, nacional, autonómica o local, y en muchas ocasiones, gracias a Dios no en todas, de lo único que se han ocupado es de despilfarrar los erarios públicos o de llenarse sus propios bolsillos y el de todas las personas de su entorno. Hay tantos casos abiertos a políticos en los juzgados por corrupción, que los jueces tienen trabajo para una larga temporada. Lo triste es que la clase política está señalada por toda la ciudadanía.
De todos los males que nos afectan actualmente y en un futuro próximo la culpa se la vamos a echar a estos trabajadores del poder. Mientras no demuestren de una vez por todas, y para eso pasarán años, que trabajan con honestidad y alza de miras por las personas de su país, de su autonomía o de su localidad. Y eso se demuestra con el trabajo honrado del día a día en sus puestos de responsabilidad.
Lo cierto es que no estamos para tonterías, nuestro país es el culo de la Unión Europea, hemos perdido hasta la camisa y necesitamos urgentemente personas competentes y honradas que trabajen a una para que España vuelva a los tiempos de hace solo unos años, recuperando el estado de bienestar perdido y que tanto echamos de menos.
Siempre vamos a lo mismo, pero es lo que toca, hay que denunciar a los corruptos y que la ley castigue a las personas que hayan cometido un delito en el cargo que ostentan, ya que el mayor insulto para la ciudadanía es votar a personas que luego han traicionado su confianza, por la avaricia de llenarse los bolsillos, aprovechándose de su situación privilegiada y de poder.
Esperemos que estas conductas inmorales, por parte de algunos políticos, vayan desapareciendo poco a poco y que quien ejerza este oficio sea con la premisa clara de trabajar por el bien común de sus conciudadanos.