No tienen vergüenza. Ni la conocen. Tampoco creo que les importe. Opino que es un desprecio directo contra la sociedad alicantina. Han menoscabado las oportunidades de parte de nuestra juventud, de su futura preparación profesional, y por ende de nuestro bienestar provincial. Han ignorado a un buen número de empresarios, asociaciones, instituciones, que han apostado decididamente por el factor humano, detrayendo parte de sus recursos para invertirlos en el desarrollo intelectual mediante el patrocinio universitario.
Que dos de nuestros eficientes motores se hayan puesto a trabajar al unísono, con un mismo objetivo, desdeñando absurdas rivalidades y aunando esfuerzos, es más que encomiable. Que las dos universidades alicantinas (de la provincia, me refiero) hayan presentado un proyecto común, y tan bien elaborado, con un desarrollo internacional inmejorable, ofertando la creación de un campus universitario en EE.UU. y consiguiendo el apoyo no solo de toda la sociedad alicantina, sino también el de Las Cortes Valencianas, es admirable y digno de elogio.
Me refiero al proyecto Mediterranean Campus de la Universidad de Alicante y de la Universidad Miguel Hernández, de Elche. Proyecto que ha presentado candidatura a la evaluación internacional al C.E.I., es decir, al Campus de Excelencia Internacional, y que ha sido, contra toda lógica, desestimado por estos evaluadores del Ministerio de Educación. ¿Y por qué?
Las premisas del Ministerio son idénticas a los pilares vertebrales del proyecto Mediterranean Campus de nuestras universidades. En primer lugar la accesibilidad universal de los discapacitados, accesibilidad a la cultura, a la educación, al saber, a la preparación, al conocimiento, al estudio. ¿Les parece poco importante? Y en segundo lugar, apoyo y soporte de reconocida valía a fin de lograr la expansión e internacionalización del proyecto. ¿Les parece poco eficiente lo aportado?
Y estos evaluadores del Ministerio siguen aplicando criterios políticos en vez de respetar, apoyar e impulsar los proyectos eficientemente desarrollados y con más que probable exitoso implante. Hay que repudiar, ellos ya lo pretenden imponer, que para estos destalentados (no olvidemos que estamos hablando de desarrollar talentos) no tiene el mismo espíritu de superación una joven alicantina que una catalana. O que no es capaz de esforzase igual o más un joven alicantino que uno madrileño. ¡Cómo si el esfuerzo y la superación lo determinase el número de congéneres que cohabitan con uno! Nuestra juventud ha de estar preparada y además tiene que estarlo al más alto nivel, pues el futuro, el bienestar, depende de ello, depende de ellos, de nuestros jóvenes, de los universitarios y no universitarios. A ellos hay que ofrecerles todas las posibilidades de desarrollo y este es muy importante.
D. Ignacio, D. Jesús, nuestros dos Rectores, por favor, no desfallezcan. Que este injusto revés no les cause mella en su decidido afán en conseguir (junto a sus respectivos equipos), para Alicante y para nuestras dos universidades, la calificación de Excelentes. El reconocimiento externo es el que deben lograr porque el local, desde hace años, ya lo tienen conseguido. ¡Enhorabuena!
