Nombre, apellidos y DNI
Comencemos por una pregunta: ¿Alguien se acuerda de la campaña de recogida de firmas para reclamar agua de calidad? Si refrescamos la memoria, la Alcaldesa de Villena, junto con algún representante del Gobierno Autonómico y la presencia de un notable empresario hortofrutícola local, fueron los adalides del proyecto de reunir cientos de miles de firmas para reclamar al Gobierno Nacional que las aguas que van a traer a Villena sean cristalinas. Para ello se movilizaron otros organismos sociales y políticos con la clara intención de provocar un alud de rúbricas con las cuales poder hacer presión. Para tal fin se repartieron pliegos por diversas localidades y establecimientos para que la ciudadanía estampara su nombre, apellidos y DNI, y así participar en tan noble propósito.
Ocurre, sin embargo, que los caminos de Dios, a veces, son inescrutables, y donde antes había guerra de guerrillas ahora parece que se ha firmado la paz. Recuerdo aquella foto en la que la Primera autoridad local, a bombo y platillo, aparecía en la prensa, bolígrafo en mano, dispuesta a la lucha. Según noticias recientes, aquella determinación (la recogida de firmas) se ha desactivado por los poderes que tienen capacidad de decisión, dejando en una situación más que dudosa a miles de signatarios. Porque está claro que el agua, elemento esencial, no podía seguir mucho tiempo como frente de controversia. Quienes boicotearon las desaladoras, al final tienen que dar su brazo a torcer, y quienes renegaban de los trasvases han suavizado su postura. Resultado, que las famosas firmas ¡ya no son necesarias! Y ahora, ¿qué hacemos con ellas?
El asunto este de las firmas es muy socorrido. Hay organizaciones humanitarias que basan esta forma de proceder para salvar vidas, ¡y lo logran! ; no obstante, muchas veces hemos firmado manifiestos para las cuestiones más peregrinas sin saber muy bien, al final, cuál es el resultado. ¿Quién no ha prestado su nombre alguna vez? Reflejar el DNI es dejar constancia de que apoyamos esa causa. Una vez firmé para que unos trabajadores de una cafetería céntrica de Granada no perdieran su puesto de trabajo. Hoy aquella cafetería es la sucursal de un banco, o Mercadona, o Zara. ¿Y mi firma? ¡Vaya usted a saber! Otras veces son los propios partidos políticos los que reclaman nuestra atención para que rubriquemos tal o cual petición, todo depende de quién esté en la oposición. ¿Quién se acuerda de OTAN, de entrada NO ? Luego resultó que de salida tampoco . En fin. Otra modalidad es que los partidos, para que no se note mucho, encargan la recogida de firmas a alguna asociación de su cuerda, así se hacen notar pero sin contaminarse demasiado.
Con nuestras firmas tendríamos que ser más escrupulosos e informarnos de qué ha ocurrido al final con ellas, porque de lo contrario podíamos asistir a un fraude. Suscribo convencido porque me lo pide mi presidente, mi alcalde, mi directivo, mi quién sea: soy consciente de lo que reclamo; y al cabo me entero de que el motivo de mi firma se ha negociado en silencio, bajo manga, sin luz ni taquígrafos, sin flash. Y, claro, se me queda una cara de Es por lo que debiéramos exigir, también, la foto de los mismos actores y actrices tirando el bolígrafo al aire, y proclamando a los cuatro vientos que todo está arreglado, que nos van a devolver nuestra firma y que mucha gracias por las molestias. Con lo del agua, Sra. Alcaldesa: ¿acaso, definitivamente, los peces en el río beben y vuelven a beber?
No quiero acabar dando la sensación de que ayudar a una causa justa sea un absurdo. No. Cuando una persona firma y rubrica, en realidad es ella misma. ¡Claro que tiene sentido! Pero no todo el monte es orégano. Lo que planteo es que hay campañas de firmas que, sencillamente, se dejan morir, lentamente, sin ruido A esto le llamo estafa. Y, además, el personal se aburre y desconfía en próximas convocatorias, por lo que los abajo firmantes cada vez son menos, o más incrédulos, y cuando de verdad se les pide que reaccionen para un asunto trascendental, entonces se acuerdan de ¡que viene el lobo! Miren, el español cuando firma es que firma de verdad y a nadie le interesa firmar con frivolidad, por tanto no me pidan mi rúbrica para esclarecer las extrañas circunstancias de la muerte de Manolete.
Para acabar, ante el prólogo de las Fiestas, propongo una recogida de firmas con el siguiente lema:
¿Desea que las Fiestas de Villena, en lugar de ser del 4 al 9 de septiembre sean del 9 de septiembre al 4?
NOMBRE:
APELLIDOS:
DNI:
FIRMA: