Nos encontramos a una persona famosa en la calle y nos la llevamos a casa
Hace unos días David, Daniel y yo nos encontramos a una persona famosa en medio de la calle, y como eso nunca nos había ocurrido (y la curiosidad es una de nuestras virtudes más desarrolladas), nos la llevamos a casa.
Le dijimos No Estás Secuestrada Pero Será Mejor Que No Intentes Huir Porque Tenemos Aficiones De Ésas Que La Policía Cataloga Como Desagradables, de modo que se vino con nosotros con una sonrisa bastante falsa en la boca, ya que la actitud de las personas famosas (en adelante PFs) suele alternar entre sonreír falsamente girando constantemente la cabeza en un ángulo de 180 grados o la indignación más exasperada por algo que alguien ha dicho sobre ellas en algún medio de comunicación, cosa que ocurre un millón de veces al día, ya que son famosas. La persona famosa (en adelante PF), por otro lado y vista de cerca, daba un poco de miedo, ya que se le notaban las múltiples y diversas manipulaciones que había sufrido, como traslado de las orejas unos cinco centímetros, extracción de varios huesos, implantación de prótesis gelatinosas a lo largo de todo el cuerpo para lucir más redondeada y procesos psíquicos para sustraerle toda percepción razonable sobre el mundo. En cuanto estuvimos en casa la sentamos en el sofá y David le preguntó por qué era famosa, a lo que la PF se indignó violentamente, ya que una de las cosas que más indigna a las PFs es que alguien no sepa por qué son famosas, pero a los pocos segundos fue invadida por una euforia desproporcionada al valorar lo glamurosa que quedaría su exclusiva del secuestro en la mejor revista del corazón. Ensayaba diciendo cosas como Nunca Perdí La Esperanza; Eran Seres Vulgares Y Horribles; Solo Podía Mear Una Vez Al Día. La calmamos inyectándole un cóctel de valium, demerol y oxicodona, y aprovechamos su involuntaria colaboración para examinarla más profundamente. Daniel le amputó con cuidado las extremidades superiores y las colocó sobre nuestra mesa de trabajo. La inspección confirmó que nunca habían sido usadas para realizar trabajos de alta intensidad, por lo que convenimos que ésta podría ser una característica común a todas las PFs. A continuación yo le realicé una incisión a lo largo del tronco, y pudimos ver que allí estaban, en su disposición clásica, todos y cada uno de los órganos habituales, con la única peculiaridad de que la bilis estaba oscura y firme. David dijo que parecía dispuesta a saltar igual que un Alien, y los tres reímos sanamente y sin afectación. También analizamos su sangre, y descartadas las sustancias que le habíamos inyectado, comprobamos que estaba compuesta por un amplio número de estupefacientes de ilegal pero fácil adquisición, lo que nos llevó a la conclusión de que la PF nunca había sido feliz de una forma natural. En algún momento de nuestras investigaciones la PF sufrió la ausencia de constantes vitales, lo que nos vino muy bien para verificar si la PF era tan famosa viva como muerta y desmembrada, de modo que la volvimos a dejar en medio de la calle como un mojón sanguinolento. Centenares de personas se detuvieron a contemplarla con gestos de incontenible histeria. Fue todo un éxito y la noticia de la semana, y queremos creer que allí donde esté nos lo estará agradeciendo. Aunque a la semana siguiente ya solo se hablaba del perro ese que canta Folk.