Nuestras fiestas de Moros y Cristianos son mediocres
Eso deben pensar desgraciadamente desde el equipo de gobierno municipal, aunque digan lo contrario. Y no me extraña. Si nos atenemos a sus actos, se demuestra con una abrumadora claridad que sus palabras contradicen los hechos. Por mucho que los Verdes pretendan evidenciar que les importan nuestras celebraciones patronales, lo cierto es que les importan un bledo.
Pero nunca lo manifestarán de una manera explícita. Una cosa es ser ineptos y otra distinta, ser tontos. Y como expertos en el ejercicio de la demagogia y la tergiversación saben que, a pesar de todo, sigue siendo un asunto muy relevante plagado de susceptibilidades y emociones que puede hacerles ganar y perder elecciones en Villena. Mucho más a escasos meses de la convocatoria de los comicios.
En los últimos días la edil de Turismo, Mercedes Menor, se ha afanado en justificar su viaje de trabajo a Armenia con el objetivo de promocionar, entre otros recursos y productos turísticos, nuestros Moros y Cristianos en una feria de trajes regionales y fiestas locales celebrada en la capital del país. El motivo, que existía una invitación por parte del ayuntamiento de Yereván que, además, asumía los gastos de alojamiento y aportaba el stand. La excusa, que de este modo se conseguían impactos en medios extranjeros para incorporar a la tramitación de solicitud de Fiestas de Interés Turístico Internacional. El resultado, en palabras de la concejal, muy satisfactorio y una acción promocional muy potente.
Sin embargo, siento llevar la contraria pues no comparto en absoluto el optimismo de la responsable política. Una cosa es aprovechar las oportunidades y otra muy diferente actuar como un oportunista. En este caso, ha abundado más lo segundo que lo primero, habiendo motivos de sobra para pensar así. El equipo de gobierno debe fijar sus prioridades conforme a un plan estratégico promocional, del que desconozco su existencia. Si lo hay, debería informarse a la ciudadanía de los objetivos, las medidas y los presupuestos contemplados. Si no lo hay, se estaría actuando a tontas y a locas o a salto de mata, lo que en una administración pública es muy recriminable. No se puede improvisar, estando supeditado a compromisos que responden más a intereses de parte que a los intereses generales. El dinero público, por poco que pueda parecer, siempre deberá gestionarse con eficiencia para ser una inversión, nunca un gasto.
No se entiende que, habiendo aparecido ya en el canal H3 TV Armenia en 2017, se siga insistiendo en el mismo medio de comunicación. Además de recurrente, es innecesario. Sería más lógico diversificar los impactos mediáticos. Más que lo cuantitativo, cuántas veces se nos ve, hay que atender a lo cualitativo, dónde y cómo se nos ve. Sin pretender menospreciar a ningún país, ni generar un conflicto diplomático internacional, Armenia no creo que sea un mercado turístico potencialmente interesante, por mucho que diga Mercedes Menor. Por cierto, basándose en simples apreciaciones, sin aportar ningún dato estadístico riguroso que lo corrobore.
Da la impresión que, más que importarle la promoción exterior de los Moros y Cristianos, a la concejal Verde le importa su promoción personal a nivel local. Es decir, se utiliza el viaje a Armenia para intentar congraciarse con el mundo festero y ganarse el favor de la población a cualquier precio, esgrimiendo torticera y machaconamente la excusa de la internacionalización de nuestras fiestas, al tiempo que acusa de imprudentes a los que critican su manera de proceder porque pueden provocar un perjuicio al municipio. Recurre así a la vieja táctica de los dictadores, el pueblo soy yo y quien va contra mí, va contra la patria.
Como los alumnos mediocres, parece que los Verdes solo quieren cumplimentar literalmente el expediente (de Fiestas de Interés Turístico Internacional) aprobando con un cinco raspado. La ley del mínimo esfuerzo evita lograr la excelencia. Los Moros y Cristianos de Villena deben ser valoradas en su justa medida por sus escuadras especiales, sus cabos, sus desfiles majestuosos y su multitudinaria participación. Sin duda, unas fiestas sobresalientes que se merecen ocupar el lugar que les corresponde.