Nuevo ataque a la convivencia
Que existen los salvajes, ya lo sabemos, que hay muchas personas que no tienen conocimiento, también. Pero a lo que no sabemos ponerle nombre es a los elementos que se dedican a destruir, como Atila, todo lo que se le pone bajo de los pies o delante de él.
Hace poco tiempo pudimos ver cómo se destrozaba la Cruz que preside la explanada del Santuario de la Virgen de las Virtudes, y hace algunos años vimos cómo la estatua de Chapí fue también objetivo de los vándalos decapitando las figuras que en ella existen. Ahora, el pasado domingo, observamos cómo el monumento a la mujer que está situado frente al Parque de Mª Auxiliadora, delante del Hotel Restaurante Salvadora, se ha venido abajo. La misma estatua ya fue víctima de actos vandálicos hace años, cuando aparecieron pintadas en ella.
Quizás ustedes puedan pesar que haya sido a causa de los movimientos sísmicos que azotan la provincia desde hace unos días. Puede ser, pero lo más previsible, y sin ser mal intencionado, es que el ejército de Atila haya vuelto a arrasar todo lo que ha visto a su paso.