Obispo$
Son superiores a mí. Y lo cierto es que procuro hablar lo menos posible de la Iglesia por no alterar los ánimos de algunos lectores, pero hay días en que uno no puede morderse la lengua ante la estupidez, la hipocresía y la falta de vergüenza mostrada por los que se hacen llamar a sí mismos Pastores de Almas.
Como el que no quiere la cosa y mientras España entera huía de nazarenos y cantaores de saetas, han saltado los Obispos al ruedo para decirnos que masturbación, fornicación, actividades pornográficas y prácticas homosexuales son pecados graves, y de paso para arremeter contra todos los colectivos y medios de comunicación que propagan enseñanzas contrarias al Magisterio de la Iglesia. Como pueden suponer, lo que me pide el cuerpo ahora es explicar, por ejemplo, que en Estados Unidos se conocen casos de abusos a menores por parte de sacerdotes católicos en 161 de las 177 diócesis del país. Hay 1.205 sacerdotes implicados en estos casos y desde 2002 la Iglesia Católica estadounidense se ha gastado 400 millones de dólares en indemnizaciones a las víctimas de los abusos. O mejor aún, la revista National Catholic Reporter publicaba hace unos meses un informe realizado por las religiosas Maria ODonohue y Mauren McDonald donde se denunciaba la violación por parte de sacerdotes católicos de cientos de monjas en 23 países. Además de las violaciones, el informe hablaba de centenares de abortos provocados por estos mismos sacerdotes.
Y suma y sigue. Fieles a su estulticia, los Obispos se empeñan en seguir dándonos lecciones de moral inaceptables por la hipocresía que destilan en lugar de hablar, que sé yo, de la responsabilidad de la Iglesia en el nacimiento y la expansión de ETA, por citar un tema de actualidad y que nos preocupa a todos.
Pero lo peor de todo no es que nos sigan dando la tabarra con el sexo, sino que nos tomen por imbéciles. Y digo esto porque, fieles a la tradición de una organización que ha mentido y manipulado a la humanidad entera durante 20 siglos, masturbación, pornografía y homosexualidad no han sido más que una cortina de humo para intentar colarnos de matute una noticia de mucho mayor calado: apenas un día después y en pleno revuelto mediático por la chorrada anterior, con España de vacaciones y con la boca pequeña, nada de ruedas de prensa ni comunicados oficiales, tenemos conocimiento de que la Conferencia Episcopal reclama al gobierno elevar la financiación de la Iglesia al 0,8% del IRPF en lugar del 0,52% actual. Con todo, lo más gracioso es que, según el diario ABC, para nada sospechoso de anticlericalismo, los Obispos solicitan dicho aumento tras comprobar que las actuales aportaciones de los contribuyentes católicos no cubren sus necesidades. O sea, como con el dinero que me dan mis cada día menos fieles (no sé de qué se extrañan) no tengo suficiente, ahora me vais a dar todos, seáis católicos, protestantes, budistas o ateos. Y me juego mi sueldo a que si el gobierno dice no a esa subida (que espero que lo diga), los Obispos se rasgarán las vestiduras, hablarán de persecución y a lo mejor hasta montan una manifestación de esas a las que tanto gusto les están pillando.
Con lo cual, y puestos a ser serios, sólo me queda pedirles que en su declaración de la Renta hagan como yo, es decir, a los Obispos ni agua. O puestos a ser chorras, hagan como ellos: Señor ZP, le ruego me aumente la paga que me da el Estado, porque con mi sueldo no llego a cubrir todos mis vicios, fornicación y pornografía incluidos. Envíeme su donativo a vivirdelcuento@caraduras.com.