Obras maestras de cincuenta minutos (o menos)
Abandonad toda esperanza, salmo 340º
Me consta que si les digo que últimamente algunas series de televisión no solo están a la altura de los mejores estrenos cinematográficos sino que en ocasiones los superan en calidad e interés corro el peligro de parecerles anticuado: la ficción de la pequeña pantalla se ha consolidado tanto en la última década que cualquier defensa a ultranza de la misma suena a argumento manido, y las series que lo empezaron todo (Los Soprano o The Wire, por ejemplo) ya se consideran como clásicos del entretenimiento audiovisual.
Así pues, me olvidaré de ejercer de abogado de algo que no lo necesita y pasaré a recomendarles un par de series que me tienen de lo más enganchado, empezando por Homeland: cuando parecía que Mad Men estaba destinada a convertirse en la ganadora del Emmy a la mejor serie dramática año tras año y temporada tras temporada, llega esta propuesta de Howard Gordon, Alex Gansa y Gideon Raff y arrasa con los premios televisivos por excelencia, incluidos los galardones para sus protagonistas, unos soberbios Claire Danes y Damian Lewis. La serie, que incide en la temática de la conspiranoia a partir del regreso de un marine estadounidense que podría o no ser un colaborador de Al Qaeda, acaba de ver cómo arranca su segunda temporada... y ya tiene confirmada una tercera. Una apuesta ganadora, con guiones milimétricos y un ritmo de infarto.
Pero si hay una serie que se ha ganado mi corazoncito de adicto al continuará semana tras semana, esa es Fringe, a pesar de las odiosas comparaciones con las que ha tenido que bregar desde el principio: por un lado con la magistral Expediente X, de la que es heredera indiscutible; por otro con las propuestas anteriores de su creador, J.J. Abrams, sobre todo la adictiva Perdidos. Yo creo que Fringe puede con eso y más, y no se crean que no me cuesta seguir esta sucesión de hechos paranormales y de universos paralelos al ritmo de su edición en formato doméstico, porque en Estados Unidos ya van por la quinta y última temporada y aquí andamos todavía por la tercera. ¿Se creían que yo soy de los que se lo descargan todo de Internet? Pues ya ven que no.
También ando estos días siguiendo la nueva temporada de The Walking Dead, aunque como de esta ya les hablé cuando se estrenó la anterior me limitaré a señalar que su éxito arrollador ha permitido que se publiquen cosas como The Walking Dead Chronicles, una estupenda guía con prólogo de Frank Darabont (el productor de los primeros episodios de la serie) e introducción de Robert Kirkman (el guionista del cómic en que se basa). Si en España libros sobre cine se editan los justos, sobre televisión y cómic muchos menos todavía; así que es de justicia avisarles de que si son de los que se muerden las uñas durante toda la semana esperando el nuevo episodio, disfrutarán con este libro repleto de ilustraciones, fotografías y storyboards acompañando a las declaraciones de los implicados. De nada.
Homeland y Fringe (Al límite) se emiten en Fox y AXN respectivamente; The Walking Dead Chronicles está editado por Planeta de Agostini.