Cultura

Otoño 2011

El final del verano llegó. Pero el Otoño comienza con una fuerza y energía inusitadas. En primer lugar con el Festival Imaginacción, que se realiza este fin de semana en las inmediaciones de La Plaza y que ofrece exposiciones de pintura, fotografía y diseño gráfico, conciertos, danza y la actuación infantil de Yoni Cantacuentos y Miguel Ángel Montilla –quien por cierto ha cosechado grandes críticas tras la presentación del espectáculo Peccata Minuta (Déjanos caer en la tentación), coproducido entre su compañía Teatro Íntimo y Francachela, en la 22ª edición de la Mostra Internacional de Mim (MIM) de Sueca–.
Una semana después la Feria del Campo dará muestras un año más del esfuerzo y del empeño de nuestras empresas por continuar con una actividad que destaca a nuestra ciudad y a sus negocios entre el resto de poblaciones de las provincias que nos rodean. Una ocasión más para salir de casa y para disfrutar entre otras actividades del Concurso de Habilidades Tractorísticas.

Y con el Otoño llega también, cómo no, la Programación del Teatro Chapí. La verdad es que ya echaba de menos estar sentado en una de sus butacas a la espera de que comience el espectáculo. Me encanta esa sensación, qué quieren que les diga. Y como cada temporada, queridas personas, les comentaré aquellos dos o tres espectáculos que no pienso perderme –para más información debieron asistir el pasado martes a la presentación de la temporada que realizó Paco Flor en el Teatro, abierta por primera vez a quien tuviera interés (no circunscrita a abonados/as como hasta ahora)–. Por mi parte no faltaré a Razas, con texto de David Mamet –autor también de guiones cinematográficos como El cartero siempre llama dos veces o Los intocables de Brian de Palma–, de quien pudimos ver Glengarry Glen Ross en mayo de 2010. También he anotado en mi agenda el concierto del grupo musical Kroke, quien hace seis años ya hipnotizó a nuestra ciudad con una de sus actuaciones, donde la música tradicional de origen Moldavo y hebreo juega con la música clásica, el jazz, y otras corrientes contemporáneas. En cuanto a los espectáculos de danza, que parecen dominar esta temporada, me siento atraído tanto por Menú del día como por Nubes, que parecen ofertar al público ese extraño y abstracto viaje por ese maravilloso mundo donde muere y se transforma la palabra.

Una temporada, la del Chapí, con un 30% menos de presupuesto que, en boca de político/a no merma la calidad (tampoco en años anteriores aquel recorte del 10% pongamos, o de otro 10% supongamos). El caso es que entre el tanto por ciento de ayer, el de anteayer, el de hoy y el de mañana podemos correr el riesgo de olvidar la magia a costa del mercado. De convertirnos, pese a excusas, en un engranaje más de esta crisis que más que la materia nos está robando el alma.

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