Otra alternativa
El pasado martes llamó mi atención un artículo publicado en Villena.net sobre el utópico tema de la creación de listas electores independientes que dejen atrás las disciplinas de partido. Y mire usted por donde, el mismo día recibo vía e-mail (loado sea internet) una entrevista realizada por la TV Intercomarcal a D. Antonio García Ágredas que no tiene desperdicio y en la que, entre otras muchas curiosidades, D. Antonio pedía de igual modo el voto para la persona y no para los partidos.
Pero qué cosas dice, Sr. Ágredas, pues, o mi información no es la correcta, o hasta la fecha usted pertenece a Iniciativa Independiente, partido político, del cual además es Presidente local y Secretario provincial. Pero ya le digo, cabe la posibilidad de que en el momento de redactar estas líneas, tal circunstancia ya no se dé, y que usted se haya expresado públicamente como cualquier ciudadano de a pie sin vinculación con organización política alguna, condición ésta que me llevaría a entender su postura. E incluso a compartirla relativamente.
Porque a estas alturas de la película, y viendo lo que se ve, tengo claro que por muchas buenas intenciones que nuestros políticos de pueblo tengan para con su municipio, quienes mandan son los de arriba y si comparten color, mejor que mejor. La evidencia indica que ni en 8 años de PP ni en 3 de Tripartito (PSOE, IU, VERDES), Villena ha conseguido lo que viene reclamando desde hace 12. Ahí es nada, una docena de añitos pidiendo un centro comercial, intentando revivir una plaza de toros que agoniza tras la espera, en lucha continúa por conseguir un soterramiento y sin que el agua asome por ningún lugar. Necesidades prometidas en tres campañas electorales consecutivas y que, o mucho me equivoco, o volverán a ser los señuelos estrella para las próxima. Pero ni los unos ni los otros, ¡a que va a ser que no contribuimos de igual modo al erario público que cualquier otro alicantino, valenciano o español!
Fuera de comentarios irónicos, tengo cada vez una convicción más firme sobre lo perjudicial que resulta para la consecución de objetivos importantes en municipios de segunda como el nuestro la obediencia que dentro de los partidos se adeudan y la reverencia absoluta a la que están sometidos sus integrantes, impidiendo un crecimiento justo y equilibrado entre los pueblos y haciendo crecer el desencanto general en una ciudadanía que año tras año escucha cantos de sirena que nunca se materializan. A los resultados en Villena me remito como ejemplo. Pues el acatamiento absoluto a las normas de conducta que les indican impide en innumerables ocasiones poder alcanzar un acuerdo con los que se sientan enfrente, sencillamente por ser los contrarios. Dejando atrás intereses comunes, descartando ideas muy válidas, malgastando esfuerzos en reproches mutuos y logrando, eso sí, hacernos entrar en estado catatónico ante el soberano aburrimiento que supone escuchar siempre lo mismo, de los mismos, y no ver los resultados por ningún lugar.
Mi opción es este tema no pasa por independizar unas listas, pues diversificarían las fuerzas diluyendo todavía más la poca presión que se puede ejercer a las altas instancias desde los municipios pequeños, sino más bien pasaría por pedir a las formaciones políticas la aplicación para sí de la libertad y la democracia que pregonan y prometen, permitiendo la variedad de opinión y de acción y considerando al enemigo político una figura enriquecedora por sus pareceres, ya que escuchar y aprender de opiniones diferentes engrandece actuaciones. Actuaciones que sin duda se verían recompensadas en las urnas y conseguirían devolvernos un poquito de confianza en sus palabras. Logro éste que estaría por encima de ningún otro en cuanto a importancia.